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13/12/2023


Adentrándome en las profundidades conceptuales, me encuentro reflexionando sobre un tema que ha ocupado extensos capítulos de mis escritos: el Infinito o Multiverso. Este vasto conjunto alberga un sinfín de Universos, siendo el nuestro uno entre ellos. La finitud de nuestro universo, actualmente experimentando una desaceleración en su expansión, plantea la intrincada pregunta: ¿existe un límite tangible en el Infinito o es una entidad que se extiende ilimitadamente? La noción de una barrera con un letrero que proclama "Fin del Infinito" desafía nuestra comprensión. Si tal barrera existiese, ocuparía un lugar específico, y al traspasarla, nos enfrentaríamos a más Infinito. Esta sucesión infinita de barreras hipotéticas nos sumerge en la complejidad de entender la naturaleza de este vasto contenedor que alberga incontables universos, cada uno con sus particularidades únicas.

Explorando la diversidad de universos colindantes, surge la fascinante posibilidad de que nuestros vecinos cósmicos hayan experimentado Big Bangs distintos, generando materia de maneras únicas. En este entramado infinito, los universos adyacentes podrían variar en la proporción de materia densa y energía, creando un mosaico cósmico infinitamente complejo. La especulación se intensifica al contemplar la posibilidad de que, más allá de nuestro universo, la nada se extienda, configurando un vasto espacio sin materia, antimateria, energía ni fuerzas cohesivas.

La teoría de simulación por computadora ha sido esgrimida, sugiriendo que nuestra realidad es un producto de una programación avanzada. Sin embargo, este argumento colapsa bajo su propia lógica, ya que la simulación también debe residir dentro de algún entorno, llevándonos nuevamente a la búsqueda de un contenedor último. En este continuo juego de especulaciones, la persistente tendencia al orden, a pesar de la omnipresente Entropía, revela un patrón organizativo en la vastedad cósmica.

Desde la escala galáctica hasta los supercúmulos, la jerarquía de contenedores se asemeja a una red neuronal cósmica. Nuestra galaxia contiene sistemas estelares, los cúmulos engloban galaxias, y así sucesivamente hasta llegar al universo, el contenedor supremo de supercúmulos. La interconexión de estos contenedores recuerda la complejidad de una red cerebral humana, donde cada nodo representa una entidad cósmica. La existencia de múltiples universos fuera del nuestro sugiere una estructura organizativa que abarca más allá de nuestra comprensión.

La idea de la nada, como ausencia total, plantea una paradoja intrigante. Si la nada implica la ausencia de todo lo conocido, ¿podría estar contenida en algo más? La posibilidad de supracúmulos, contenedores de múltiples "Todos" o infinitos, abre un abanico de posibilidades. La nada, en su vacío absoluto, podría ser el componente primordial que da lugar a una estructura jerárquica de contenedores, creando una sucesión interminable de infinitos dentro de infinitos.

En fin, esta especulación sobre la existencia, ya sea del Todo o de la Nada, nos sumerge en un abismo de interrogantes. ¿Hasta dónde se extiende la cadena de contenedores cósmicos? ¿Existe una última nada que da paso a nuevas dimensiones? En este viaje conceptual, mi cerebro se enfrenta a un ejercicio mental alucinante, explorando la posibilidad de que, más allá de nuestras percepciones, la realidad se despliegue en capas infinitas de existencia organizada.

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10/10/2023


Explorar el vasto cosmos a través de la lente de la tecnología moderna es un empeño que ha capturado la imaginación de la humanidad desde hace décadas. Desde el lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb, el mundo de la astronomía ha sido testigo de un emocionante renacimiento en la búsqueda de respuestas a las preguntas más fundamentales sobre nuestro lugar en el universo. Con una inversión de 10.000 millones de dólares, este instrumento se presenta como una "llave cósmica", abriendo las puertas a regiones del espacio que alguna vez parecían inalcanzables. A medida que admiramos las asombrosas imágenes capturadas por el Webb, nos encontramos inevitablemente preguntándonos: ¿Qué secretos revela el espacio profundo?

Para comprender la trascendencia del Telescopio James Webb, es fundamental recordar el legado del Telescopio Espacial Hubble. Lanzado en 1990, el Hubble revolucionó la astronomía con su icónica imagen, el "Campo Ultraprofundo del Hubble". En lugar de enfocarse en objetos previamente catalogados, el Hubble desafió los límites y apuntó sus detectores hacia lo desconocido, hacia el aparente vacío. Este audaz acto llevó a la revelación de decenas de galaxias previamente invisibles, desafiando nuestras concepciones anteriores sobre la profundidad del universo y la evolución de las galaxias.

El 18 de diciembre de 1995, el Hubble se sumergió en la contemplación del vacío durante diez días, capturando 342 fotografías. De ese "vacío", emergieron imágenes fascinantes de galaxias que desconcertaron a los científicos y nos brindaron una visión única del pasado cósmico. El Hubble se convirtió en una auténtica máquina del tiempo, retrocediendo 13.300 millones de años en el pasado para capturar la luz de estrellas que se formaron 400 millones de años después del Big Bang.

Sin embargo, el Telescopio James Webb se propone superar este hito. Equipado con tecnología infrarroja térmica de vanguardia, el Webb tiene como objetivo visualizar estrellas que se formaron apenas 250 millones de años después del Big Bang. Esta diferencia de 150 millones de años podría permitirnos observar el nacimiento de las primeras estrellas en el universo o su inevitable extinción. La tecnología infrarroja es esencial, ya que esta "luz ancestral" del universo nos llega desde objetos que se han alejado enormemente debido a la expansión cósmica. La anticipación en torno al Webb ha ido en aumento en los últimos meses. Aunque no veremos resultados de inmediato (recordemos que el Hubble tardó cinco años en entregar su imagen más crucial), poco a poco el Webb nos iluminará con información que nos ayudará a desentrañar los misterios del origen del universo. La física moderna se encuentra en un momento de profunda reflexión, y el Webb nos abre la puerta a nuevas teorías y descubrimientos que podrían transformar nuestra comprensión del cosmos.

El Telescopio James Webb se erige entonces, tal cual un faro de conocimiento en el vasto océano que se constituye como el Espacio Profundo. Su capacidad para observar el pasado lejano del universo nos brindará una visión única y valiosa. A medida que esperamos con entusiasmo sus revelaciones, nos preparamos para un emocionante viaje en busca de respuestas a los interrogantes más fundamentales acerca de nuestro lugar en el cosmos. El James Webb es mucho más que un instrumento; es un testigo silente de los misterios del universo, y su historia apenas comienza.

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17/06/2023


Mi misión, generar dudas en los demás y volver a despertar al científico que alguna vez tuvimos dentro, además de despertar mis propias dudas, por supuesto.

Desde mi punto de vista, que puede ser errado y por lejos, pero, al menos, es lo que me ha aprobado mi conciencia, en primer lugar, el Espacio tal como lo conocemos -dejando de lado la materia y la energía, o ambas cosas- se generó a la par del momento de la creación, llamándole Big Bang u otro nombre alterno que le queramos dar. La sopa primordial creada inmediatamente después al Big Bang, iba formando al espacio, a medida que dicha viscosidad candente crecía, y dicha sopa, no fue más que plasma, algo que vemos muy seguido, como por ejemplo cuando "cae" (aunque en realidad, sube) un rayo, allí vemos plasma, la sustancia más caliente del universo, más que cualquier sol, y esa sopa plasmática de quarks y gluones, que son las partículas esenciales, antes de que existieran siquiera los electrones y protones, y menos que menos los fotones, y menos aún, los átomos y la materia. Entonces, esa sopa continuó creciendo, y ¿de qué manera crecía, si partió desde un punto infinitesimalmente pequeño?, y la respuesta quizás sea porque desde fuera de ese proto-universo "nuestro", las energías "frías", llamémosle Cuerdas, llamémosle Branas, dependiendo de las teorías, siguieron, y todavía siguen, alimentando a nuestro universo, por ello es que seguimos en expansión todavía, es decir, fuera de nuestro universo existiría un cortocircuito de Cuerdas, Branas o lo que sea, de manera constante, que hace que el universo se formara, se desarrollara y creciera, y por ello, nuestro universo no es infinito; tiene límite. Y actualmente, el espacio lo que percibimos hoy en día, ya sea con instrumentos tecnológicos y con la inestimable intuición, existe, como una masa oscura y viscosa que mantiene a la materia reunida entre si, ya sean galaxias, sistemas solares, nuestra propia Tierra, o bien, nuestro propio cuerpo, todo y todos, no somos más que universo comprimido, y el límite entre tu cuerpo y el universo y mi cuerpo y el de todos los demás, es que no hay límites, sino que existen sutiles diferencias en grado y forma, es decir, nuestro cuerpo no termina tajantemente y comienza el afuera, como si fuesen medidas discretas, sino que nuestro cuerpo está unido con el universo debido a que no hay límites entre ambos, habiendo solo diferencias de grado y de forma, y lo que nos separa del universo, es una medida de carácter continuo, es decir, nuestro cuerpo no termina en el límite de nuestra piel y el universo no deja de existir cuando hay un cuerpo humano, ya que todo y todos somos Universo.

Pero, volvamos a aquellas libres y frías Branas o bien Cuerdas, las que están fuera de nuestro universo; dichos objetos, son objetos que existen en el verdadero lugar en donde el límite no existe, y que es el Multiverso (algunos le llaman infinito), y situémonos visualmente, sentados en un sillón cósmico, fuera de nuestro limitado  pero descomunalmente grande universo, es decir, en el multiverso, y podremos observar Branas Cuerdas gigantescas, chocando entre si y produciendo, no solo un universo como el nuestro, sino que múltiples o infinitos universos; desde donde estamos sentados, veremos como nuestro universo ya se lo puede apreciar en un claro crecimiento y en expansión, alimentado por las Branas o las Cuerdas que continúan chocando, colisionando entre sí, pero también, en otros lugares del Multiverso veremos otras colisiones de Branas Cuerdas generando otros universos, algunos en reciente generación, otros en media generación, otros como el nuestro, y un gran variedad de formatos universales. El Multiverso, es como estar en una habitación infinita, llena de globos de diferentes colores y tamaños, donde los globos, son los universos, y dentro de estos, el espacio, la energía y la materia.

Y ¿por que desde el Multiverso podríamos ver infinitos universos pero de diferentes formatos? Y la respuesta se encuentra en el momento justo en el que la materia y la antimateria colisionan. Por cada generación de un universo, por comprobación científica, la generación de la sopa primigenia, es la inminente explosión de la materia y la antimateria, eso se daría en cada colisión de Branas o Cuerdas desde el Multiverso, y el resultado de dichas colisiones, por ejemplo la materia y antimateria que colisionó en nuestro universo, ambas se extinguen mutuamente, siempre, al colisionar materia con antimateria, ambas desaparecen, pero dejan un residuo, y ese residuo es lo que luego pasa a ser el espacio, la energía visible y oscura, y la materia visible y oscura. Pero, en otro universo, ese residuo puede ser diferente, ya que puede constituirse de manera tal de que existan menos bosones, que son las partículas que masifican la energía en materia densa, desde los cuerpos celestes hasta nosotros los humanos, una mesa, etcétera.

En consecuencia, al adentrarnos en las reflexiones expuestas anteriormente y sumergirnos en la infinita maraña de conceptos que se entrelazan en el universo, surge una asombrosa conclusión. Cada colisión de Branas Cuerdas en el Multiverso da lugar a una explosión creativa que engendra nuevos universos con una gama diversa de características y configuraciones. Estos universos emergentes, como vastos lienzos cósmicos, exhiben una variedad insondable de formas, tamaños y propiedades.

Contemplando esta vastedad, surge una profunda comprensión de nuestra conexión intrínseca con el tejido del cosmos. El espacio que habitamos, desde las galaxias en espiral hasta los diminutos átomos que componen nuestros cuerpos, no es más que una manifestación comprimida del universo en sí mismo. La frontera entre nuestro ser individual y el universo se desvanece en una continuidad ininterrumpida, donde las diferencias se disuelven en grados y formas.

Asimismo, al considerar el papel de la materia y la antimateria en cada generación de universos, nos enfrentamos a la fascinante realidad de que cada colisión produce un residuo único. Este residuo, el cual da origen al espacio, la energía visible y oscura, así como a la materia que nos rodea, puede variar de un universo a otro. La presencia o ausencia de ciertas partículas y bosones, las características específicas de la energía y la distribución de la materia, conforman la esencia distintiva de cada universo.

En última instancia, esta visión nos conduce a abrazar la profunda diversidad que impregna el cosmos. Nuestra existencia se entrelaza con la existencia misma del universo, como un entramado intricado y maravilloso. La exploración de estas ideas nos insta a expandir nuestros horizontes y a abrir nuestras mentes a la vastedad del multiverso. Nos recuerda que somos participantes activos en un drama cósmico en constante evolución, y que nuestra comprensión está destinada a seguir expandiéndose junto con la infinita complejidad del universo.

Así, la búsqueda del conocimiento y la exploración de los misterios cósmicos nos permiten vislumbrar nuestra verdadera naturaleza como seres inmersos en un tejido cósmico interconectado. Desde los confines de nuestro ser (el Microcosmos) hasta los límites del universo conocido (el Macrocosmos), la continuidad y la diversidad se entretejen como un movimiento sin fin. Al despertar al científico interior que yace en cada uno de nosotros, se despiertan también las maravillas del universo, el que continúa desplegando su vastedad y su complejidad frente a nuestros ojos asombrados.


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30/04/2015


Nosotros, los humanos, y todo ente material e inmaterial, corpóreo e incorpóreo, vivo o inerte, no somos mas que el producto de un espectacular residuo. Si, estimados lectores, tanto el mundo de lo aparente como el mundo de las ideas conforman un gran efecto de una Causa precedente, y como les mencioné al comienzo, ese residuo del que les hablo, es justo lo que nos dio la existencia, ese residuo logró ser nuestro proceso creador. Somos el producto de un residuo.

Veamos...

Luego del Big Bang; de aquella Gran Explosión que dio origen a todo lo que vemos y no vemos hoy en día; nuestro Universo fue creado, y que al cabo de 15 mil millones de años en el futuro, usted y yo estemos en contacto a través de estas humildes líneas.

Pero, se preguntarán, ¿de que manera el ser humano, sumado a todo lo que existe, se dio lugar en este Universo gracias a un residuo? Parecería una pregunta ilógica, el que todos seamos el producto de un residuo, pero como les comentaré a continuación, la respuesta es muy lógica.

Al producirse la Gran Explosión, luego de millones de años de colisiones de partículas provenientes desde el Infinito, es decir, desde el Multiverso, comenzó a gestarse, dentro de ese frío y oscuro Infinito, lo que se denomina un Plasma de Quarks y Gluones, una especie de viscosidad energética extremadamente caliente, la cual, luego de ciertos procesos internos, se generó lo que se denomina: Materia y Antimateria.

La Antimateria no es mas que la mismísima materia normal; es decir, lo mismo con lo que usted y yo -y todo en el Universo- estamos hechos; pero con la diferencia de que se corresponde con un efecto espejo en relación a la materia. Es decir que, la antimateria es el espejo de la materia, y viceversa. Si los Neutrones, Protones y Electrones, que componen la materia "normal", poseen cargas neutras, positivas y negativas respectivamente; las mismas partículas, pero de la antimateria, tendrán cargas opuestas, cargas espejo, es decir, neutras, negativas y positivas respectivamente.

Pero, he aquí que todavía no he respondido a la gran pregunta, la que pide a gritos saber ¿porque somos producto de un residuo?

Y aquí nos iremos acercando a la respuesta. Como muchos ya lo estarán intuyendo, al leer las características especulares de las partículas de la materia como así también, de la antimateria, podrán haber evidenciado que; por ejemplo, como en el electromagnetismo, los polos opuestos se atraen, en donde los electrones colisionan entre si atrayendo los imanes; también sucede algo similar en aquella sopa primigenia, viscosa y plasmática conteniendo, tanto materia, como antimateria, es decir, todas las partículas que la constituyen y que se correspondan con la materia y la antimateria; con electrones con carga negativa y con Antielectrones con carga positiva (Positrones); con Protones con carga positiva y con Antiprotones con carga negativa (p-barra); y con los Neutrones, en ambos casos, sin carga eléctrica alguna, aunque teniendo en cuenta que los Neutrones, ya sea que provengan de la materia normal o de la antimateria, están compuestos por Quarks y Antiquarks, por lo que, aunque la carga eléctrica de ambos sea neutra, la variación especular entre ambas partículas, se puede apreciar entre sus números Bariónicos, y que por lógica, ambos números son opuestos uno del otro, es decir que, es +1 para el Neutrón y -1 para el Antineutrón. Y para aclarar que significa la palabra Barión, el Número Bariónico (representado por la letra B) es una constante numérica cuántica que se la puede definir como un tercio del número de Quarks menos el número de Antiquarks (partículas esenciales de la materia dentro de las partículas normales como lo es en este caso el Neutrón).

Entonces, entendido que los opuestos se atraen, el campo de batalla para que suceda un desastre Cósmico queda preparado al instante, y es que, al entrar en contacto la materia con la antimateria; es decir, los Electrones con los Antielectrones, los Protones con los Antiprotones y los Neutrones con los Antineutrones, los tres dentro de una entidad muy conocida por todos, denominada Átomo; entonces, al entrar en contacto, los Átomos de la materia "normal" con los Átomos de la antimateria, se produce una explosión de tal magnitud, que en comparación con una bomba atómica de hoy en día, ésta quedaría replegada a simples fuegos de artificio. Es decir que, al colisionar materia contra antimateria, ambas son aniquiladas mutuamente, ambas se destruyen, ambas son causantes de una explosión que las hace desaparecer, tanto a la materia como a la antimateria. Pero, entonces, ¿como surgió nuestro Universo, todo lo que conocemos y hasta nosotros mismos, si luego de la explosión todo desaparece?, pues surgió, como les decía al comienzo, de un residuo. Todo nuestro Universo y lo que éste contiene, no es mas que el producto de un residuo, incluidos usted y yo, y es así, porque luego de que la materia y la antimateria generaran una conflagración descomunal y se destruyan mutuamente, la desaparición de ambas fuerzas especulares, dejan un residuo de partículas creadoras de toda existencia en nuestro Universo, debido a una mínima diferencia en las cantidades de aquellas partículas elementales denominadas Quarks y Gluones que la materia y la antimateria contuvieron al inicio, hace 15 mil millones de años. En base a dicha ínfima diferencia de la parte mas esencial de la creación, el residuo es generado.


En definitiva, y recordando un muy buen refrán y muy aplicable para este caso, el que dice que: "En donde hubo fuego, cenizas quedan"... nosotros, y todo el Universo, somos los descendientes directos de aquella diferencia infinitesimal entre las dos formas de la materia originaria... somos la innegable descendencia de las cenizas dejadas por la Pasión desenfrenada de la materia hacia la antimateria... y viceversa.


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06/05/2014

Les presento aquí, queridos lectores, al Creacionismo Medieval, capturado por la mente de un gran artista como lo fue Miguel Ángel, y plasmado en el techo de la Capilla Sixtina, allá por el año 1511, representando uno de los más enigmáticos pasajes bíblicos, como lo es el del Génesis, respecto del cual, el primer hombre, Adán, ese primer ser mítico y terrenal que el creacionismo medieval impuso, -y que hasta hoy en día aún se mantiene-, sobre las mentes intelectualmente desprotegidas. Adán, el primer ser varón creado por otro ser varón, espera sentado pacientemente desde su triángulo terrenal, que una grata compañía, -que todavía está dentro de los ámbitos de lo divino-, le sea provista para multiplicarse y esparcirse por sobre la faz de la Tierra.

La Creación de Adán, de Miguel Ángel. Hacer clic en la imagen para ampliar.

Pero lo que no se imaginaban aquellos que le encargaron tan magnánimo trabajo artístico y filosófico a Miguel Ángel Buonarroti, es que esta pintura, oculta tras un complejo velo transparente, un concepto que se opone drásticamente, a todo lo que el creacionismo, impulsado por la religión Católica de aquellos tiempos, ha pregonado erróneamente por muchos cientos de años, llegando a asesinar a todo aquel que no estuviera de acuerdo con su corriente de pensamiento; ese concepto opuesto al creacionismo es el racionalismo, concepto que fue presentado por Miguel Ángel, por intermedio de esta pintura, ante los ojos de sus "clientes eclesiásticos", sin que éstos se percataran siquiera del verdadero significado oculto que encierra la pintura. A la vista del mundo eclesiástico fue representado el concepto creacionista, mientras que a los ojos de su autor, y luego de muchos otros más, fue representado un claro racionalismo, oculto a plena vista de todos, pero a la mirada de unos pocos, por un conjunto de detalles que pasaré a detallar a continuación.

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En esta pintura, en "La Creación de Adán", podemos percibir a simple vista, dos secciones bien diferenciadas, dos representaciones de realidades contrapuestas, dos mundos separados por un muy estrecho espacio -incognoscible- entre dos dedos índices a punto de hacer contacto para que surja la chispa divina que unirá aquellos dos mundos, aquellas dos realidades, realidades éstas que dejaron sellado con el óleo y el sudor de Miguel Ángel, el origen dual del ser humano.

Esa dualidad a la que hago referencia en el párrafo anterior, proviene de la unión de lo divino con lo terrenal, de la fusión de dos características innegablemente intrínsecas al ser humano, de la integración de dos particularidades que provienen desde la mismísima creación del universo, desde el enigmático Big Bang; y que es la unión de la energía (o materia) por medio de las fuerzas físicas y cuánticas que gobiernan nuestro universo, siendo estas últimas fuerzas, características meramente divinas que le dan forma, entidad y razón de ser a todo lo que existe en el universo, y en este caso de estudio, al propio ser humano. Es decir que, en la pintura, Miguel Ángel ha querido dejar reflejado el carácter dual del ser humano, comprendido éste por la materia gobernada divinamente por las fuerzas físicas de la naturaleza. La Materia y las fuerzas físicas, la tierra y el cielo, lo humano y lo divino, lo que se encuentra abajo y lo que se halla arriba; dualidades éstas que, mas allá de las incontables interpretaciones que diferentes filosofías le han querido conferir por siglos, siempre tienden a unirse, de una u otra manera, por la acción inconsciente, -y posteriormente consciente-, de la divinidad innata que el Hombre conlleva sobre su propio Ser, sobre su psique.

Por consiguiente, y sin dejar de lado la divinidad plasmada por el pincel de este gran artista sobre su magnánima obra; producto ésta, de su mente creadora, y que hoy me he decidido a analizar aquí desde mi punto de vista; quiero continuar interpretando, o bien, descorriendo el velo transparente que oculta el verdadero significado de esta obra, que impide que se revele a simple vista lo que el mismísimo Miguel Ángel ha querido transmitir en aquel entonces, mas allá de que lo solicitado por el papado de aquellos años oscurantistas haya sido de carácter eminentemente creacionista, este gran artista se las ingenió para dejar en claro oscuro su postura al respecto y su visión racionalista de la creación del Hombre, aunque ésta no haya sido percibida en aquellos momentos.
Pero continuemos con el análisis de la obra. Sigamos descorriendo el velo que cubre el verdadero mensaje que se encuentra a la vista de todos pero a la mirada de unos pocos, por lo menos, era así en el medioevo.

Si observamos la postura de Adán, lo podemos ver con la mayor parte de su cuerpo desnudo recostado sobre ese pequeño triángulo verde de la Tierra, representando con ello, su origen terrenal, material, animal, como queriendo significar que Adán recién está emergiendo desde las entrañas de la Madre Tierra, madre que le supo dar la materia que por ahora, débilmente puede mover hacia un Dios que espera con ansias hacerse carne por intermedio de Adán. Y siguiendo con Adán, podemos apreciar que él apenas puede levantar su brazo izquierdo para estirarlo débilmente, al igual que lo hace con su mano, en dirección al Ser que, desde los cielos, le dará la Chispa Vital, le imprimirá el empuje Causal proveniente desde la divinidad, desde la creación del universo, desde aquel punto infinitesimal denominado Big Bang, desde aquel cúmulo de fuerzas de la naturaleza que todo lo impregna y que harán de Adán un ser dual y rebosante de vida quien luchará por llegar a la divinidad... querrá ser Dios, sabiendo que Dios, también quiere ser él.

Casi todo el cuerpo de Adán yace apoyado sobre la madre Tierra y solo tiene las fuerzas necesarias para alcanzar la Divinidad, Divinidad ésta que lo espera y trata de alcanzar también, desde lo alto, desde el cielo, desde arriba. Adán intenta con todas sus fuerzas terrenales alcanzar a Dios, sin saber que Dios intenta alcanzarlo a él. Es que ambos son lo mismo, con la diferencia de que Dios, la divinidad, las fuerzas de la naturaleza, están conscientes de su propia condición divina, mientras que Adán no, ya que todavía no ha comido el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, por lo que su conciencia no se ha desarrollado aún.

También es evidente la condición andrógina de Adán, debido a que su miembro viril aparenta ser un pene y una vagina, ambos en el mismo lugar de su pubis, representando con esto, lo masculino y lo femenino, esa dualidad desde la que todos provenimos, y que luego anhelamos transmutar, -mente consciente de por medio-, para arribar a la Unidad de la dualidad, para alcanzar esa Chispa Divina que nos convertirá en Uno con el universo. Chispa que debemos encontrar por medio de nosotros mismos, con el racionalismo que nos debería caracterizar a todos los seres humanos, y no por medio del creacionismo que hasta hoy en día todavía tiene sus fieles defensores, ya sea por simple e inocente creencia, o también por interés.

Ahora bien, Adán yace sin fuerzas sobre la Tierra, diría yo que todavía entremezclado con ella, mientras que el supuesto evento creacionista desciende desde los cielos, de la mano derecha creadora de un Dios antropomorfo, rodeado de ángeles y de diversas telas de color verde y rojo oscuro, como una manera de demostrar la acción de Dios sobre el ser humano, que, -como dicen las escrituras-, fue creado a su imagen y semejanza. Dios, desde arriba, desciende con su firme y fuerte brazo derecho extendido, y por medio de su robusta mano, levantando su dedo índice en dirección a Adán, como intentando hacer contacto con el débil dedo índice de la mano de éste.

El brazo izquierdo de Adán trata de alcanzar y obtener aquellas fuerzas físicas de la naturaleza que hacen que la materia tenga su razón esencial de ser, mientras que su brazo izquierdo permanece inmóvil, retraído bajo su cuerpo, como esperando utilizarlo luego, para abrazar a quien será su compañera: Eva. Mientras que Dios, desde el cielo, estira su poderoso brazo derecho para intentar entrar en Adán y ser carne, -así como aquel, llegar a ser divino-, mientras que el brazo izquierdo de Dios, abraza a una figura femenina detrás de Él, figura ésta que no hace mas que mostrarse expectante y con su mirada fija hacia un terrenal Adán que espera liberarse de su condición de andrógino. Incluso la supuesta figura femenina, Eva, coloca su mano izquierda sobre el brazo izquierdo de Dios, como simbolizando una posible procedencia divina de la Mujer, ya que el nombre Eva significa, "Madre de los vivientes", "dadora de vida", como una fiel muestra de la condición divina de Eva, debido a que, mucho antes de que ella sea creada a partir de una de las costillas de Adán, mas un poco de barro, ésta ya estaba en la mente de Dios. Incluso, uno de los ángeles de la derecha, o sea, a la izquierda de la que sería una futura Eva, intenta retenerla para que Dios no pueda reunir lo masculino y lo femenino en dos cuerpos separados, eliminando la condición andrógina de Adán.

De todas maneras, hasta aquí, muy someramente he detallado mi punto de vista respecto de lo que ocultaría esta gran obra de Miguel Ángel, pintada con mucho sudor y lágrimas, sobre el techo interior de la Capilla Sixtina, ubicada ésta en la Ciudad del Vaticano, hace mas de quinientos años.

Lo que en realidad oculta esta pintura, va mas allá de la capacidad de imaginación que tenían los religiosos de aquella época, -y de muchos de hoy en día-, debido a que, Miguel Ángel supo ocultar un perfecto racionalismo detrás de un velo transparente de creacionismo, hecho añadido que le vale mis mas sinceras y humildes felicitaciones.

Pero veamos a que me refiero con que Miguel Ángel estaba convencido de que el creacionismo era un concepto teológico muy errado y que el racionalismo, el uso de la razón, era la única vía para entender al Universo, como también a Dios, y por supuesto a los Hombres. Y a lo que me refiero, es a que el Sr. Buonarroti, de una manera magistral supo simbolizar a Dios, a Eva, a sus Ángeles y a las largas telas rojas y verdes que los envuelven, como una fiel representación anatómica y fisiológica del cerebro humano. Es así estimados lectores, aquella divinidad que desciende de los cielos, no es más que un gran símbolo que nos hace ver que dicha divinidad del hombre pasa por el uso de la razón y del llegar a la tan ansiada -aunque desafortunadamente no alcanzada por todos- conciencia del Si, y que la creación de nuestra especie no fue obra de un Dios omnipotente con forma humana masculina, sino que fue debido a la interacción de la materia con aquellas fuerzas divinas de la naturaleza, que le dieron y le dan estructura y vida a nuestro universo.
Ahora centrémonos en esa especie de cerebro simbolizado por Dios y los Ángeles, que el pintor supo plasmar en su obra, y de una manera oculta para quienes no tenían -o tienen- ojos para ver (o mirar desde mi punto de vista). 

Comparativa gráfica del Creacionismo Católico, con el Racionalismo oculto por Miguel Ángel, basado éste en la razón y por ende, en el cerebro humano. Hacer clic sobre la imagen para ampliar.



Como vemos en la imagen comparativa, podemos apreciar, en la parte superior derecha de la pintura de arriba, la idea del "creacionismo católico", representado éste, aunque de manera oculta por el pintor, pero fundamentándose en una idea antagónica a aquella, es decir, por medio de un claro racionalismo basado pura y exclusivamente en la morfología y el funcionamiento del cerebro humano, como se puede ver en la parte inferior derecha de la misma imagen.

Veamos, y antes de proseguir con el análisis de esta incuestionablemente enigmática pintura, podemos encontrar que Eva, quien todavía se ubica en lo alto del cielo, dentro de la mente de Dios, ya está destinada a ser parte de Adán. ¿Y porque digo esto?, porque, como lo podrán apreciar en la siguiente imagen, en la pierna izquierda erguida de Adán, sobre la que apoya débilmente su brazo izquierdo, -mismo brazo que utiliza Dios para retener a Eva en su mente divina-, se vislumbra una figura un tanto humanoide que se asemeja a un torso y a las piernas de una mujer, por lo que, si coloco la cabeza de Eva, -quien todavía se halla dentro de los planes de Dios-, sobre la rodilla izquierda de Adán, queda conformada una figura femenina, como que Miguel Ángel nos está queriendo decir que Adán y Eva, -antes de que Dios la cree, luego de extraerle una costilla a Adán-, son ambos un solo Ser por el momento, y que está representado por la condición dual, Andrógina de Adán. Pero veamos la imagen de lo anteriormente expresado.

Ver representación de Eva sobre la pierna erguida izquierda de Adán. Hacer clic sobre la imagen para ampliar.

Centrémonos ahora en la mente de Dios. En esa intrigante imagen que baja desde los cielos, repleta de ángeles, todos dispuestos alrededor de Dios y de Eva, y que es envuelta por una especie de tela de color rojo.

Como ya lo nombre antes, en este mismo artículo, Miguel Ángel representó en su pintura, ni mas ni menos que al cerebro humano, y no solamente por su forma externa, sino que también lo hizo con ciertas funcionalidades, plasmadas allí, muy ocultas, tras un velo transparente de racionalismo, propio de él mismo, pero no así del creacionismo católico.

Para continuar analizando ese cerebro dibujado por Miguel Ángel, y que contiene, psicológicamente hablando, a todos nuestros dioses y a nuestros demonios, e incluso, también a Eva; primero debo mostrar la imagen que se corresponde con el supuesto cerebro que el artista quiso plasmar en su obra. La imagen es la siguiente:

El cerebro de Dios. Su forma y su funcionamiento. Hacer clic sobre la imagen para ampliar.

En dicha imagen, a mi parecer, el artista ha representado, no solamente a la forma externa del órgano que nos hace ser y existir, que nos hace ser seres conscientes y de razón, -aunque a algunos, esto les sea indiferente-; sino que también ha querido representar ciertos aspectos internos del mismo, tanto morfológicos como también funcionales. 

Veamos.
Como podemos apreciar en la imagen de arriba, la forma externa del cerebro está representada por la tela de color rojizo que cubre casi a todos allí dentro y que representaría la llamada Duramadre, delgada membrana que recubre a todo el cerebro y lo separa del cráneo. Allí, Dios no solo atraviesa todo el cerebro, de punta a punta; desde el Tallo Cerebral y el Cerebelo, hasta el Lóbulo Frontal, pasando por el Tálamo, el Fórnix, la Hipófisis, el Hipotálamo, el Cuerpo Calloso y la Circunvolución Cingulada; sino que también puede salirse de los límites físicos del mismo. Mientras que con sus pies, Dios estaría conectándose con el resto del cuerpo, con su brazo derecho extendido (y no olvidemos que el hijo de Dios se sentó a la derecha de Él) estaría haciendo énfasis en el poder que tiene el cerebro humano; y que no es solamente el de limitarse al interior de esa tela rojiza, de la denominada, Duramadre, o sea al interior del cráneo; sino que nuestra naturaleza dual, material y divina, nos convierte en dioses también, pudiendo trascender nuestro propio límite corporal.

Ahora bien, alrededor de ese Dios, que es la parte principal y central de ese vehículo divino que proviene de los cielos, se encuentran los ángeles, y también la que será la futura esposa de Adán: Eva, abrazada ésta por medio del brazo izquierdo de Dios. Incluso, la mano izquierda de Dios, toca el hombro derecho de uno de los ángeles que intenta retener a Eva en ese mundo divino, ese ángel, con su ademán, trata de que Eva no trascienda desde lo divino hacia lo terrenal, que no forme parte externa de la dualidad andrógina del hombre que Dios llamó Adán y que débilmente aguarda recibir el insuflo de vida, la chispa Divina, que le hará levantarse de su actual condición, para poder, de esa manera, prepararse para la llegada de su compañera. Ese ángel que trata de retener a Eva, estaría representando las fuerzas tiranas del inconsciente.

Entonces, y con el objeto de ir comparando el cerebro oculto de Miguel Ángel, con las partes y funcionalidades de un cerebro humano real, primero les adjuntaré una imagen descriptiva de éste último.

El Cerebro Humano y alguna de sus partes. Clic para ampliar.

Si vamos comparando con la imagen anterior a esta, podemos encontrar unas cuantas analogías más, que las ya expresadas hasta ahora, como por ejemplo, que el área denominada "Circunvolución Cingulada", es la que funcionalmente interviene en la manera en que el ser humano se adapta al medio para asegurar su supervivencia. Y, ¿que coincidencias no? ya que dicho área, en la pintura de Miguel Ángel, está representada por el brazo izquierdo de Dios que justamente abraza y mantiene preparada a Eva, para entregársela a Adán y de esa manera asegurar la supervivencia de la especie. El Génesis, a este respecto dice:


1,26: Y dijo Dios: 

   —Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.

  1,27: Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 1,28: Y los bendijo Dios y les dijo: 

   —Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra."

Veamos ahora, una comparación gráfica de lo antedicho respecto de la Circunvolución Cingulada:

Circunvolución Cingulada del cerebro representada por el brazo izquierdo de Dios. Clic para ampliar.


Circunvolución Cingulada del cerebro humano que regula características respecto a la supervivencia de la especie. Clic para ampliar.


















Como ya lo he explicado, Dios ocupa toda la parte central del cerebro desde el Tallo Cerebral y hasta el Lóbulo Frontal. Y como nos podremos imaginar, todas las partes internas del cerebro, alejadas de la corteza, cumplen las funciones mas importantes de éste, como por ejemplo, que a través de lo que se denomina como Cuerpo Calloso (en color rozado en la imagen anterior) exista una vía de comunicación entre un hemisferio cerebral y el otro, con el fin de que ambos lados del cerebro trabajen de forma conjunta y complementaria. El Tálamo controla los procesos físicos automáticos; la Hipófisis que segrega hormonas para regular un proceso que se denomina Homeóstasis, el cual es una propiedad que tienen los organismos vivos, y que consiste en la capacidad de establecer de manera indeterminada en el tiempo, una condición interna estable reacomodando los cambios que se dan en su entorno, mediante la regulación del intercambio entre materia y energía con el exterior (metabolismo); el Tallo Cerebral, que controla entre otras funciones, la respiración, la regulación del ritmo cardíaco y aspectos primarios de la localización del sonido, además de su función primordial de conectar el cerebro con el resto del cuerpo; el Fórnix, que su función es de unir todos los elementos del Sistema Límbico del Hemisferio Derecho con los del Hemisferio Izquierdo. Como podemos ver, y aunque el cerebro tiene muchas mas secciones internas cerebrales que nombrar, las detalladas anteriormente nos dan una idea del porqué Dios se encuentra en el mismo lugar que aquellas secciones dentro de la pintura de Miguel Ángel. Con esta síntesis precedente, comprendemos, o lo tratamos de hacer, el porqué Dios ocupa el centro del supuesto cerebro en su obra "La Creación de Adán", y simplemente es porque en el centro del cerebro se encuentran las funciones o secciones mas importantes.
Antes de terminar, con una pequeña comparación de los ángeles y la corteza cerebral, adjunto una imagen que esclarece lo anteriormente explicado en el párrafo precedente.

Nuestra divinidad ocupando las secciones mas importantes del cerebro. Clic para ampliar.

En cuanto a los ángeles, los cuales se disponen conformando un enigmático conjunto de singulares poses y ejecutando diferentes ademanes y expresiones faciales, éstos seres celestiales se corresponden con la corteza cerebral, es decir, con todo lo que se encuentra alrededor de Dios, o sea, circundando a las funciones y órganos centrales del cerebro.

Y antes de pasar a las comparaciones de la corteza cerebral con los Ángeles que la representan en la pintura de Miguel Ángel, debo agregar otra imagen para entender mejor a lo que me refiero.

Ángeles que representan la corteza cerebral en la pintura de Miguel Ángel. Clic para ampliar.


Como podemos observar en la imagen anterior, los tres ángeles que se encuentran en el área motriz -en la parte superior del cerebro- demuestran justamente movimiento, se puede notar un viento que roza sus caras y cabellos, como si se estuvieran moviendo hacia adelante a una cierta velocidad. Por otro lado, a los ángeles que se encuentran detrás de Eva, se les pueden percibir expresiones que denotan sentimientos varios, como preocupación, miedo e ira, ángeles éstos que se encuentran justamente en el área de sensibilidad general y en la psico-sensitiva, ubicadas también en la parte superior y posterior del cerebro, en el Lóbulo Parietal. En cambio, los ángeles que se encuentran en la parte inferior del cerebro, específicamente en el Lóbulo Temporal, denotan un aspecto oscuro y tenebroso, y hasta uno de ellos no muestra su cara, debido a que se halla de espaldas, lo que sugiere que están simbolizando la psique profunda, el inconsciente, y físicamente, los dos niveles mas antiguos del cerebro humano, y que son el Sistema o Cerebro Límbico y el Cerebro Reptiliano.

Como vemos, el transparente velo que ha sabido colocar el genial Miguel Ángel sobre esta bella obra denominada "La Creación de Adán", y en plena época del creacionismo católico, no hace mas que reafirmar, que es imposible, -y así lo será siempre-, evitar que la razón supere al dogma. Este pintor del renacimiento ha sabido plasmar sobre un fresco netamente creacionista a simple vista, un claro racionalismo oculto a los ojos que solo veían e lugar de mirar, racionalismo éste, muy acorde al pensamiento del artista Buonarroti.


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22/03/2014


En publicaciones anteriores, en esta misma página Web, me he referido a qué fue lo que sucedió antes del denominado Big Bang y también qué fue lo que sucedió después de él, siempre hablando, por supuesto, desde mi relativa intuición, alimentada ésta, desde que era muy pequeño, por medio de una importante adquisición de información en este sentido.

Pues, contrariamente, o bien, conjuntamente con las dos visiones anteriores, me propongo reflejar aquí, de la mejor manera posible, lo que muchas personas, y con mucha razón, todavía no comprenden del todo, -y hasta cierto tiempo atrás, yo tampoco lo comprendía-, en lo referente a ese enigmático punto infinitesimalmente pequeño, que fue también un punto de inflexión, que ofició a su vez de un punto de quiebre, que también hizo las veces de un punto de fricción, que se dignó en consecuencia a asemejarse al punto de fusión, que comenzó a todas luces imitando al punto de ebullición, que ese punto fue, nada más y nada menos, que un indiscutible Presente entre un Pasado Infinito y un Futuro Universo.

Ahora bien, la confusión, que creo yo que reina en las mentes de muchas personas; y con justa razón, debido a que el mundo científico, aparentemente no ha sabido bajar la idea de este punto infinitesimal al entendimiento de nosotros, los que no somos científicos; será relativamente eliminada con la explicación que daré en este artículo, asumiendo y recordando primeramente, que la intuición, impregnada del saber al alcance de todos, es la que guía mis pensamientos, así como los suyos. A mayor saber, mayor es la intuición.

Pues bien, comencemos.

Como en la mayoría de las publicaciones en las que se refieren al inicio de nuestro universo, se explica que éste nació desde un punto infinitesimalmente pequeño y que dicho punto, luego se transformó en un finito universo de unos 18 mil millones de años luz de diámetro, ubicado éste, dentro del infinito. Pero esta aseveración deja una gran duda, la cual es: ¿Cómo pudo ser que desde un punto minúsculo, desde un Agujero Negro imperceptible, desde una Singularidad que contiene en su diminuto interior un 99,9% de espacio vacío, como pudo suceder que naciera de aquello, un gigantesco universo? Y una previa e incompleta respuesta, es que, antes de ese punto, no hubo nada particularmente importante, y que después del mismo, se creó el Todo. Que antes de ese punto, todo era Casualidad y que después de ese punto, todo era Causalidad. Que antes de ese punto, en el oscuro y frío infinito, las "no tan importantes" energías en aparente libertad, van y vienen sin mayor interacción, salvo en el momento en el que "desean" crear un universo. Que antes de ese punto, todo era oscuridad y frío absolutos, debido a que la luz y el frío no existen, solo existe la ausencia de éstos debido a la acción de la energía, solo generada a posteriori de esa creación de un punto, como al que me referí mas arriba. Que antes de ese punto, en lugar y en tiempo, es decir, el situarnos suspendidos en el propio infinito, podemos ubicarnos como observadores en primera fila, y constatar que todavía no podemos ver nuestro universo, pero sí podremos observar a otros universos, en otras ubicaciones dentro del infinito en el que estamos ubicados, algunos naciendo, otros en la época de la inflación, otros quizás en la época de la expansión, otros posiblemente en la época de la aceleración, y otros de seguro en la época de su contracción, momento en que la expansión se desacelera, luego se detiene, y por la propia acción de la gravedad, comienza a retornar hacia aquel punto que le dio su razón de ser en el Principio. Pero no debemos preocuparnos por este Gran Final, ya que esto sucede en un tiempo casi inimaginable para la mente humana.

Ahora nos concentraremos en comprender, de que manera ese enigmático punto infinitesimalmente pequeño, genera un universo inimaginablemente finito y colosal, para nuestro, igualmente finito y colosal entendimiento. Es que es así queridos lectores, no debemos menospreciar en absoluto nuestra capacidad mental y de entendimiento del Cosmos.

Entonces, releguemos a un lado bastante alejado de nuestros pensamientos, la fría y oscura duda surgida de la pregunta expresada mas arriba, de que desde un único punto, y a partir de la nada, se creara todo lo que hoy en día conocemos, y mucho más, y que no podemos ver. Y para empezar, debemos hacernos a la idea de que la existencia; en tanto que una definición que se refiere a algo o a alguien que se encuentra en un lugar y en un tiempo determinado; se da en los tres lugares que intervinieron en la Creación de nuestro Universo: el infinito, -en el que te encuentras observando-, el punto infinitesimal, -que esperas con ansias que se forme-, y el posterior Universo, que no ves las horas de que sea su Génesis. Estos tres lugares (infinito, punto y universo) existieron, existen y existirán. Veamos porqué, pero sin perder de vista el tema central de esta publicación, y que es el de entender que, no es posible que de la nada se haya creado el Todo, ya que la nada no existe.

Y vamos al "punto". Tu, querido lector, que estás pacientemente observando, desde el infinito, que todo se dé de una vez, y que hasta ahora constatas de que el punto infinitesimal todavía no se ha generado y menos aún, nuestro universo, sí podrás constatar de que, al menos, el infinito existe, y ¿porque?, no solo porque allí te encuentras, y al encontrarte allí, tu también existes y tu relativa existencia le da la existencia al infinito en relación a que lo has podido definir, no, no solo por ello, sino que también, porque en el infinito se encuentran las bases fundamentales y esenciales para generar universos finitos como el nuestro, a partir de un punto, ya que, como sabemos, todo comienzo parte de una pequeña porción de un todo mayor.

En el infinito, en donde tu estás, observador querido, mas allá de la oscuridad y el frío absolutos, reinan las Casualidades, debido a que ese lugar sin fronteras, cargado de energías libres "en constante distracción" y sin mayor interacción entre si, es totalmente Casual el que dichos flujos de energía colisionen entre si. Y cuando me refiero a la energía del infinito, me refiero a flujos de partículas, estructurados de formas que la ciencia todavía no se ha puesto de acuerdo con sigo misma, y que pueden ser las denominadas Branas, Cuerdas Cósmicas, etc. Las mencionadas estructuras, se encuentran en el infinito, conteniendo aquella energía libre y sin mayor interacción. Entonces, mi excelente observador, te encuentras con que, desde la primera fila en la que estás a la espera de que comience la función Cósmica, ahora puedes ver, -siempre flotando en el infinito, y ya que nuestro punto y universo no se han creado todavía-, aquellas gigantescas, descomunales e impensables Branas o Cuerdas, portadoras éstas de la energía, o de los ingredientes perfectos para que, cuando colisionen entre sí, las condiciones justas se den para que seas el espectador de aquel punto infinitesimalmente pequeño que dará origen, luego, a nuestro universo.

Pero centrémonos por ahora, en el porqué ese punto es infinitesimal. Y para entenderlo, deberemos comprender todo lo que se haya antes de la creación de ese punto, de todo lo que se haya en donde tu estás, en el infinito, o sea, el comprender la esencia de la que están conformadas aquellas estructuras Casuales denominadas Branas o Cuerdas Cósmicas.

Nuestro universo finito y Causal. Todo lo que está en negro es el infinito, eterno y Casual.

Hasta ahora, todo lo que tu, estimado lecto-observador, estás "viendo" con los ojos de tu imaginación, es que el infinito en donde tu estás, existe repleto de estructuras (Branas o Cuerdas) compuestas éstas por infinitas partículas subatómicas fluyendo a la velocidad de la luz, y que, mayoritariamente, ellas no colisionan entre si... hasta que, Casualmente... ¡lo hacen! Y cuando esto suceda, deberás sostenerte muy fuerte en tu eterno sillón imaginario de espectador, ya que lo que se producirá a partir de allí, hará vibrar tus entrañas y tus pupilas quedarán inundadas por la luz proveniente de un destello sin igual.

Hasta aquí todo es Casualidad, oscuridad, fríaldad, eternidad... una interminable habitación sin límites, sin tiempo, sin espacio, y que solamente contiene los ingredientes perfectos para que el punto infinitesimal sea una realidad Causalistica.

Y llegó el momento en que el Infinito dijo... ¡¡¡Hágase la Causalidad!!!... ¡¡¡Que un nuevo Universo comience!!!

A partir de los mencionados deseos y órdenes del Infinito, Branas o Cuerdas, comienzan a acercarse entre sí, de modo tal de que tiendan a encontrarse partícula a partícula, las unas contra las otras, a chocarse brutalmente entre sí, a colisionar a una velocidad que solo la Luz recorre, colisión que permanecerá de esa manera, por muchos millones y millones de años. Esa colisión comenzada por aquellas imperativas decisiones Casuales del Infinito, que durará eones de tiempo, para nuestro observador sentado en el sillón eterno, ya constituye ese enigmático punto infinitesimalmente pequeño del que nos toca hablar en este momento.

Y, ¿porque ese punto infinitesimalmente pequeño puede crear algo tan enorme como un universo? Porque aquellas estructuras pertenecientes a nuestra eterna habitación denominada infinito (Branas o Cuerdas), están compuestas por partículas subatómicas, y como tales, si cada partícula subatómica provenientes desde esa eterna habitación son infinitesimalmente pequeñas, también lo será nuestro enigmático punto que algunos denominan Big Bang. Si la colisión de dichas partículas infinitesimales se refuerzan y continúan unas contra las otras, en consecuencia, es razonable el pensar que, nuestro Punto de Fusión, indefectiblemente también será infinitesimal, -al igual que las interminables partículas provenientes desde el infinito-, y que lo conforman, y de allí es que nuestro tan debatido Punto no se creó de la nada ya que nada es increado. Pero he aquí una cuestión más, y es, ¿cuánto duró "encendido" ese punto infinitesimal como para crear un universo colosal? Bueno, dicho punto no fue algo que tuvo un lapso corto de existencia, debido a que, si hubiera sido de esa manera, allí si que no hubiéramos tenido universo, y nosotros no existiríamos. Y, ¿se han dado cuenta de que me estoy refiriendo a una constante, la cual es el tiempo, mientras que cuando me hacía referencia sobre el infinito, no? Y la respuesta es que, es inevitable el no hablar del tiempo cuando empezamos a hablar del Punto infinitesimal, ya que a partir de ese punto, comienza la Causalidad, y si hay Causa, pues habrán efectos, y los efectos existen en el tiempo y el espacio (no confundir espacio con infinito ya que el primero se encuentra dentro del universo y el segundo fuera).

Y era Hora de que nuestro observador pudiera apreciar, y desde la primera fila del anfiteatro infinito, que un punto infinitesimalmente pequeño, comienza a gestarse, y con él, la materia, el espacio y el tiempo.

Varios universos (globos) vistos desde el infinito. El Multiverso.

Ahora ya tenemos un pequeñísimo punto, fusionándose y alimentándose con los flujos constantes de partículas que provienen desde el infinito, y a la velocidad de la luz. Ese punto denominado Big Bang; y que no duró unos segundos y ya, sino que duró miles de millones de años mientras el universo estaba en constante crecimiento; ocasionó una gran explosión debido a que, del producto de esa colisión, se produjo, tanto materia, como antimateria, y cuando entran en contacto una con la otra, generan una explosión de niveles colosales, equivalentes a billones y billones de bombas atómicas. Este gigantesco cortocircuito de materia con carga negativa y de materia con carga positiva, resulta en la aniquilación de ambas, pero, ¿que queda entonces si toda la materia se elimina luego de un Big Bang?, pues queda una materia remanente de aquella explosión, con "una sola polaridad", y que es la materia normal que hoy todos conocemos. Dicha energía remanente se compone de energía visible y de energía invisible, con lo cual, millones de años hacia el futuro crecimiento universal, dichas energías se transformarán en materia visible y en materia oscura. El casi perfecto balance entre estas dos energías, hace que el universo se expanda, pero en algún momento en el futuro, la propia gravedad de la materia visible hará frenar la expansión, ocasionada por la gravedad de la materia oscura, y por consiguiente, el universo frenará su expansión y comenzará un viaje hacia lo contrario del Big Bang: el Big Crunch.

Pero volvamos a nuestro punto infinitesimal.

A partir de ese punto, nuestro observador comenzará a percibir una especie de globo inflándose en el "medio" del infinito, por la acción y la reacción de las Cuerdas o Branas, provenientes de aquel, colisionando entre si. Pero también observará que ese flujo de partículas, emanadas desde el infinito, no se detendrá, y que el punto infinitesimal, -que nuestro observador pensaba que se extendería por un tiempo corto-, durará por billones de años, junto con los períodos inflacionarios del proto-universo Causal.

Durante esos millones de años de Causalidades generadas gracias a las Casualidades del infinito, y ante la expectante vista de nuestro observador, el proto-universo pasará desde ser un "pequeño" pero extremadamente masivo globo incandescente, denominado Plasma, -conformado por partículas muy pesadas llamadas Quarks y Leptones-, hasta lo que se han llamado, períodos de inflación y de expansión universal. Y en estos períodos, el observador, gracias a su evidente paciencia, podrá verificar que el punto infinitesimalmente pequeño, por el que nos congrega aquí, todavía sigue existiendo, incluso también, aquellas energías "distraídas" provenientes desde fuera del globo, desde el infinito. No olvidemos que el globo y su interior ya es nuestro universo en gestación, y todo lo que se encuentra fuera de él, es el infinito.

Mas allá de comprender de que los Quarks y los Leptones, como partículas fundamentales de la materia, luego se transformarán en otras partículas más complejas, como por ejemplo, los electrones y que éstos a su vez, al colisionar generan fotones... y a partir de aquí amigos lectores, y aunque es muy resumido, el proto-universo en inflación, ha dado a Luz a un universo en expansión... a nuestro propio universo.

Pero no nos olvidemos del observador, quien todavía continúa sentado en el sillón eterno del infinito, viendo como, desde la no-nada Casual, se gesta un Todo Causal. Y digo no-nada, ya que en el infinito hay algo que existe, y que no es la nada, sino que es la infinita incubadora que posee las energías suficientes y necesarias, para dar nacimiento a un muy longevo punto, infinitesimalmente pequeño, punto que posteriormente existirá y será nuestro universo.

De todos modos, por ahora no dejaremos tranquilo a nuestro observador, sin antes hacerlo esperar un poco más, de manera tal de que pueda observar que el infinito en donde se encuentra, no solo ha creado nuestro universo, sino que, si mira hacia todas las direcciones del infinito, podrá ver que otros universos se están gestando -o muriendo- de igual o parecida manera que el nuestro. Muchos universos se pueden gestar en el infinito, digamos que, infinitos universos, tantos que cabe la probabilidad de que podamos hallar uno o más universos exactamente iguales al nuestro, con el mismo cúmulo de galaxias local que el nuestro, con la misma galaxia que la nuestra, con el mismo sistema solar que el nuestro, con la misma tierra que la nuestra... y con réplicas exactas de usted y de mi. Lo anteriormente escrito se lo puede comparar con el hecho de repartir cartas en un juego determinado, infinitas veces, con lo que, en algún momento, a cada uno de los jugadores les tocará exactamente las mismas cartas que las veces anteriores, una y otra vez.

Haga clic en la imagen para agrandar. La pirámide invertida es el universo. Fuera de ésta, el infinito.

Y podríamos ir mas allá, imaginando que no solo existe un multiverso, es decir, un solo infinito con infinitos universos en su interior. Y antes de proseguir, de esto surgiría otra gran pregunta existencial, la cual es: ¿Y si existieran múltiples infinitos que contienen, a la vez, en su interior, múltiples universos? Entonces, el infinito, o esos múltiples infinitos, ¿podríamos seguir denominándolos infinitos? ya que si existieran múltiples infinitos con múltiples universos en su interior, a los infinitos se les acabaría su condición que describe su propio nombre, ya que dejarían de ser infinitos. Con lo cual, y retomando lo dicho al principio de este párrafo, y manteniendo el nombre "infinito" por razones de entendimiento, ¿podría existir, al igual que el Multiverso, un Multiinfinito, como un descomunal contenedor de Multiversos en su interior? Desde ya, lo que si tenemos sabido, es la innegable certeza de que las dudas, de seguro que son infinitas.

Casualidad previa a la Causalidad, Infinito previo al universo, no-nada previa al Todo, un lugar infinito conteniendo a múltiples universos, el proceso Creador previo a la Creación... Pero, Causa y efecto; ambas se dan dentro de nuestro universo, y como tales, aquellas dos características presentan el sello Causal de éste universo primigenio... nosotros, los humanos, además de ser sus efectos, también somos Causa... somos creadores por derecho universal.


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