El nombre "Robert Francis Prevost", tiene 22 caracteres (tal como los 22 capitulos del Apocalipsis de San Juan). "Robert Prevost", como se lo llama mayormente, tiene 14 caracteres (tal como el 14 de "León 14"). Su nombre del medio es "Francis", el cual es una contracción de "Francisco", tal como su predecesor, y "Franciscvs" en latin quiere decir "de Francia" o "libre". Además, la residencia actual del Papa León XIV, será dentro del Estado Vaticano, de 44 kilómetros cuadrados de superficie intramuros, como una clara -al menos para mi- alusión a los 404 versículos -dentro de los 22 capítulos- del Apocalipsis de San Juan. El 22 y el 44 toman relevancia profética nuevamente.
En definitiva, el nuevo Papa del catolicismo, es un "León Libre con un gran poder e importancia" (poder e importancia determinados por la etimología del apellido: "Prevost" o prevoste). Y su primer nombre, Robert, tiene ascendencia germánica, el cual significa "fama, gloria, honor, alabanza, renombre divino, brillante, luz resplandeciente", tal como emana desde su nombre completo Robert Francis Prevost, quién trabajó 18 años (6 x 3 o bien 6 + 6 + 6) en Perú, justamente, en la "Tierra del Sol"... en la "Tierra del Hijo". Además, es de origen estadounidense (de Chicago), ¿la "Tierra de la Libertad"? Y la etimología del nombre "Chicago"; que es su lugar de nacimiento, proviene de una tribu originaria -previo a la "conquista" europea-; significando "campo de cebollas", lo cual simbolizaría el conjunto de los fieles católicos (y no católicos) con las complejidades en capas de cada uno de ellos, tal como todo ser humano sobre la faz de la Tierra.
Este nuevo Guía de la religión católica, entonces, deberá ser un Faro de Luz esclareciendo tanta oscuridad, moviéndose cuál "Leviatán" por entre las desconcertantes "aguas" de un -incomprensible a primeras vistas- océano de individualidades, es decir, por entre el conjunto de las complejidades de la psicología humana; evolutivamente oscura, pero muy rica en diversidad de estados del Ser y de pensamientos. Deberá ser un Pontifex, tal como lo es su título, un hacedor de Puentes, uno que demuestre que para subir hacia "El Padre", se pueden usar múltiples tipos de escaleras, o más claramente hablando, en múltiples religiones y doctrinas no religiosas, guiando al ser humano hacia el encuentro con su "Si-mismo", con esa isla rodeada de un interminable y profundo océano y que sobre dicha isla existe una Rosa Roja en su centro. Este es el comienzo, -de hecho-, de un nuevo mundo interreligioso, cuyas religiones abrahamicas y no abrahamicas, se unirán en una sola doctrina destinada a que cada quien hable con "el Padre" (Mente) y con "el Hijo" (Corazón) bajo el nuevo sincretismo multi religioso que está a pocos años de materializarse, y el verdadero Messiah, Quien vendrá; luego de elocuentes repeticiones en las homilías catolicas (lo cual nunca ha sido un cúmulo de palabras vacías); ahora sí, Él representará a todos los seres humanos sobre la Tierra, sin importar la doctrina que se utilice para llegar al "Reino de los Cielos" (Espíritu Santo, Iluminación, o bien, aquella unión transversal que fusiona al Padre y al Hijo en Uno solo, en una sola entidad, es decir, ni más ni menos que la Divina Unión de la Razón y del Amor... en la Unidad de la Iluminación), doctrinas aquellas, dogmáticas y también a-dogmáticas, y que a través de esta última forma de entender a Dios, sin dogma, también se logra que el ser humano pueda subir por sus propios peldaños, hasta alcanzar su escencial apoteosis, esa permanente introyección hacia su isla interior con aquella Rosa Roja en su centro.