No está demás aclarar que existen, por supuesto, otras actividades en las que el hombre se transforma en un auténtico Creador –llamémosle Dios– y que pueden ir desde el noble e importante acto de construir una pared, o unas columnas que soportarán a un edificio, previo diseño proveniente de otra mente Creadora, pasando por los dotes Creativos de un artista plástico, las hazañas de un actor el cual llega con su arte a la misma conciencia de su público, continuando por un escritor, que a través de sus libros, Crea mundos y realidades enteros a su antojo, y finalizando con el mas sublime e importante acto creador, que es el sexo, ya que si no hay creación por medio del sexo, las demás actividades Creativas del hombre, tampoco se darán. De esto último es de lo que trata este artículo.

Nuestros hijos, son nuestros propios efectos, y nosotros, sus "Causas Divinas"... sus Creadores.

A través del sexo, como de las demás actividades del hombre, puedo decir que: "Dios es el espejo de nosotros y nosotros somos el espejo de Dios".
¡Si tendrá poder el sexo en nuestras vidas, que además de todo, es capaz de transportarnos, aunque sea por poco tiempo, a la altura misma de la Creación!... ¡a la altura de Dios!
Nelson J. Ressio.
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