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30/10/2023


El analizar el experimento "Universo 25" permite adentrarnos en un mundo de reflexión acerca de la sociedad, la naturaleza humana y la interacción entre individuos en un entorno cerrado. Este fascinante experimento, llevado a cabo por el científico estadounidense John Calhoun entre 1958 y 1962, consistió en la observación minuciosa del comportamiento de una colonia de ratones en un ambiente cuidadosamente diseñado. Aunque el experimento puede parecer distante de la sociedad humana, su relevancia radica en las lecciones que proporciona sobre cómo las interacciones sociales, la disponibilidad de recursos y la estructura de la comunidad pueden tener un profundo impacto en el bienestar y la evolución de una población.

Calhoun creó un "Paraíso de los ratones", un espacio que ofrecía a los roedores una abundancia de comida y agua, así como un amplio espacio para vivir. Al principio, cuatro parejas de ratones fueron introducidas en este entorno idílico, y rápidamente comenzaron a reproducirse. La población de ratones creció exponencialmente, y parecía que el "Paraíso de los ratones" cumplía con su promesa de ser un lugar donde los ratones podían prosperar sin restricciones.

Sin embargo, el entusiasmo inicial pronto dio paso a una realidad más sombría. Después de 315 días, la tasa de reproducción comenzó a disminuir notablemente, y se estableció una jerarquía dentro de la colonia. Los ratones más grandes se volvieron agresivos y comenzaron a atacar a otros miembros del grupo, lo que provocó una cascada de consecuencias negativas. Innumerables machos experimentaron un colapso psicológico, y las hembras se volvieron agresivas con sus crías, en un intento de protegerlas.

Con el tiempo, se observaron comportamientos cada vez más agresivos por parte de las hembras, así como signos de aislamiento y una marcada falta de interés por la reproducción. La natalidad disminuyó significativamente, y la mortalidad de los ratones jóvenes aumentó. Fue dentro de este marco en el que surgieron los "ratones hermosos", una categoría de machos que se negaron a aparearse con las hembras o a competir por territorio. Estos ratones se volvieron apáticos, centrados únicamente en la satisfacción de sus necesidades básicas, como la alimentación y el sueño.

Con el tiempo, los "machos hermosos" y las "hembras aisladas" llegaron a constituir la mayoría de la población. La tasa de mortalidad entre los ratones jóvenes alcanzó el 100%, y la reproducción prácticamente se detuvo. Curiosamente, se observaron comportamientos de homosexualidad entre los roedores, y aumentaron los casos de canibalismo, a pesar de que los recursos alimenticios eran abundantes. Dos años después del inicio del experimento, nació el último ratón de la colonia, y para 1973, el "Universo 25" estaba deshabitado.

Lo más impresionante es que Calhoun repitió el mismo experimento en 25 ocasiones adicionales, y en cada uno de ellos, se llegó a un desenlace similar. El trabajo de Calhoun se ha convertido en un modelo que se utiliza para interpretar el colapso social y ha contribuido, de sobremanera, al estudio de la sociología urbana.

La historia de "Universo 25" deja sobre la mesa, profundas dudas responder, respecto de la interacción social y el equilibrio en una comunidad. ¿Qué factores desencadenaron el deterioro de la colonia de ratones? ¿Cómo se traducen estas lecciones en la comprensión de las sociedades humanas? Podemos reflexionar sobre la importancia de la estructura social, el acceso a recursos y la interacción interpersonal en la formación y el colapso de comunidades humanas.

La relación entre el "Universo 25" y las sociedades humanas se vuelve aún más relevante al observar los paralelismos. Al igual que los ratones, los seres humanos dependemos de una serie de factores para prosperar. La disponibilidad de recursos, la competencia por el espacio y la interacción social desempeñan un papel fundamental en la configuración de nuestras comunidades.

En la sociedad humana, el acceso a recursos, como alimentos, agua, vivienda y oportunidades económicas, juega un papel crítico en el bienestar y la estabilidad de la población. Cuando los recursos son abundantes, las sociedades pueden crecer y prosperar. Sin embargo, al igual que en el "Universo 25", el exceso de recursos no siempre conduce al bienestar sostenible.

La estructura social también desempeña un papel importante. Al igual que en el experimento de Calhoun, las jerarquías y las dinámicas de poder pueden influir en la salud y la cohesión de una sociedad. La competencia por el estatus y la posición social puede llevar a conflictos y tensiones, emergiendo un claro paralelismo en la colonia de ratones, en donde la jerarquía resultó en agresiones y comportamientos desviados.

La interacción social es otro punto de contacto entre el "Universo 25" y la sociedad humana. La calidad de las relaciones interpersonales, la empatía y la cooperación son factores que influyen en la salud de una comunidad. En el caso de los ratones, la agresión y el aislamiento social tuvieron un impacto negativo en la población. En nuestras sociedades, la calidad de nuestras interacciones y la capacidad de resolver conflictos de manera constructiva son fundamentales para el bienestar colectivo. El experimento "Universo 25" nos brinda, de una forma implícita, preguntas profundas sobre cómo equilibrar estos factores en la sociedad humana. ¿Cómo podemos garantizar que el acceso a recursos sea equitativo? ¿Cómo podemos fomentar estructuras sociales que promuevan la cooperación en lugar de la competencia destructiva? ¿Cómo podemos cultivar relaciones interpersonales saludables en nuestras comunidades?

Y además, me resulta muy llamativo y casi evidente, que actualmente esté sucediendo exactamente lo mismo en nuestra especie, que los "resultados" obtenidos en el experimento "Universo 25". Esto también me genera dudas y posteriores cuestionamientos tales como, ¿este experimento pudo haber sido un "fortuito" justificativo deliberado para que; luego de la ingeniería social que se ha hecho -se  continúa y continuará haciendo- con nuestra especie, a través de todo medio de "información" habido y por haber; aceptemos que esté sucediendo en nuestra especie, lo mismo que en el "experimento 25", y que lo atribuyamos todo a una "inevitable" manifestación "natural" de nuestra especie? ¿O es un justificativo determinista como para sentar un precedente "científico" de tal manera que nuestra especie se permita evolucionar hacia un estado de alejamiento total del mundo animal, y que los nuevos miembros de la "Nueva Sociedad" puedan ya, por fin, ser finalmente fabricados y empaquetados a medida del consumidor? ¿Podría ser un precedente "científico" para justificar el colapso cuantitativo de los miembros de nuestra especie, para que sus actuales miembros aceptemos la clonación humana sumado a los ya existentes androides con capacidades cada vez más humanas?

Y para finalizar, este "estudio pionero" me recuerda, además de pensar en el año 2025 como partida para que el Experimento 25 se manifieste en los seres humanos, que la comprensión de la dinámica social y la interacción humana es un desafío continuo. Si bien el "Universo 25" puede haber sido un experimento extremo con ratones, sus lecciones se equiparan a nuestras propias sociedades. Con cada paso que damos en relación a estas cuestiones y a la par buscamos soluciones, podemos esperar arrojar luz sobre cómo construir comunidades más saludables y sostenibles para todos.

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02/10/2023


Al adentrarnos en las profundidades de la manifestación basada en la escritura, encontramos un propósito compartido: influir en las mentes, inspirar sin causar daño y transformar positivamente. Mayormente nos basamos en la intuición y en la deducción para dar vida a nuestros pensamientos en palabras, y aunque esto puede exponernos al juicio de otros, se trata de un acto de altruismo intelectual. Si nuestras palabras pueden impactar en diez personas, incluso si algunas de ellas nos adversan, consideramos que hemos tenido éxito.

El cambio en el mundo y la mejora de la sociedad comienzan con la transformación de las conciencias individuales. Muchos, hoy en día, se mantienen en un estado de letargo, esperando el despertar de su verdadero ser. Para superar esta barrera del conformismo y el convencionalismo, debemos emplear un lenguaje penetrante, cargado de psicología y libre de negatividad moral. Este enfoque es esencial para desencadenar una reacción en cadena que expanda la conciencia colectiva. La resistencia al cambio es una constante en el viaje de la exploración de la conciencia. Al tratar de despertar a otros, a menudo nos encontramos con la resistencia arraigada en la banalidad y en la comodidad de la rutina. Sin embargo, este sufrimiento, paradójicamente, nos recompensa con el conocimiento de que hemos emprendido la Gran Obra, tanto en nuestro interior como en la sociedad. En este mundo, la alegría y el bienestar que persigue el Ego palidecen en comparación con la auténtica satisfacción que proviene de cumplir los mandatos de la Gran Obra. Este proceso de despertar a otros, además de a uno mismo primero, es un sendero lleno de desafíos y de resistencia, y que por medio del cual aumentamos nuestro autoconocimiento, y a la par, la satisfacción del trabajo realizado, o al menos, de haberlo intentado lo mejor que nuestras fuerzas nos los permitan. Como dije antes, la alegría y el bienestar son anhelos del ego, mientras que la realización de aquella "Opvs Magnvm" se corresponde con la verdadera fuente de la felicidad.

En cada uno de nuestros recorridos internos hacia la transformación personal y colectiva, debemos recordar que nuestras palabras son herramientas poderosas. No debemos subestimar su impacto en la psique de otros. Como artífices de la conciencia, estamos llamados a utilizar un lenguaje que trascienda las barreras del pensamiento convencional y que incite a la reflexión profunda. Este proceso se asemeja a un efecto dominó, donde el despertar de una conciencia se propaga a otras, creando una cascada de cambios. Si logramos impactar positivamente en incluso unas pocas personas, a pesar de que algunas puedan resistirse o incluso llegar a despreciarnos, habremos logrado un éxito notable.

Cuando compartimos nuestros pensamientos y palabras desde una perspectiva profunda y auténtica, estamos contribuyendo a la evolución de la sociedad. Es un proceso desafiante, pero esencial para crear un mundo más consciente y compasivo. Cada palabra que elegimos tiene el potencial de desencadenar una reacción en cadena que eleve la conciencia de todos.

Nuestro propósito como escritores y pensadores esencialmente radica en provocar una transformación positiva en las mentes y en las almas de quienes nos rodean. A través de un lenguaje que penetre las barreras del pensamiento convencional, podemos desencadenar el despertar de la conciencia colectiva, allanando el camino hacia una verdadera felicidad compartida.

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29/09/2023


La tecnología es una maravillosa manifestación de la inventiva humana y que, de manera innegable e ineludible, se ha convertido en una parte inseparable de nuestras vidas. En nuestra sociedad actual, en donde la innovación y la digitalización avanzan a pasos de gigantes, no es de extrañar que nos consideremos amantes de la tecnología. Esta afinidad por la tecnología, compartida por la mayoría de nosotros, refleja cómo la humanidad ha tejido una red cada vez más densa de herramientas, dispositivos y sistemas que se entrelazan con nuestra existencia diaria. La tecnología no solo es una extensión de nosotros mismos, sino que también lleva la impronta de nuestra creatividad y destreza como especie. Cada avance tecnológico, desde la rueda hasta la inteligencia artificial, es un testimonio de nuestra capacidad para imaginar y crear soluciones que mejoran nuestras vidas y trae con ello el potencial para elevar la calidad de vida en todo el planeta, beneficiando tanto a los reinos animal como vegetal. Esta tecnología, que nace de nuestras mentes, inevitablemente regresará hacia nosotros, tal como un Ouroboros tecnológico, una nueva rueda simbólica, destinada al equilibrio y al progreso.

El concepto del control, en el contexto de nuestra evolución como seres conscientes, es apasionante y profundo al mismo tiempo. Con cada trayecto recorrido en dirección hacia el aumento de la conciencia de nuestra existencia, también comenzamos a establecer sistemas de orden y de control en nuestro entorno. La conciencia y el orden van de la mano, y cuanto más conscientes nos volvemos, más estructurada se vuelve nuestra sociedad. Cuanto más y más evolucionamos hacia un estado de mayor conciencia, la necesidad de control externo disminuye gradualmente. En este aspecto, podemos imaginar un futuro en el que las personas, debido a su elevada conciencia, sean capaces de autorregularse de manera más efectiva, reduciendo así la necesidad de control gubernamental o social.

Entonces es innegable que la conciencia humana continuará su ascenso. No parece haber un límite definido para la expansión de la conciencia, considerando de dónde partimos hace miles de años. A cada paso que nuestra conciencia da en cuanto a su expansión, también lo hará el orden en nuestras vidas, y la necesidad de un control rígido disminuirá gradualmente. Este proceso, sin embargo, lleva tiempo y esfuerzo. No podemos aventurarnos hacia nuevos horizontes interplanetarios con un nivel de conciencia que todavía está influenciado por las fuerzas primordiales de nuestro lado animal.

Hablemos del fenómeno del control en la sociedad moderna. A menudo se asocia con países como China, donde la vigilancia es omnipresente. Sin embargo, es importante traer a colación, que la expansión de la tecnología de control no es exclusiva de una nación en particular. La tendencia hacia la minimización y hacia la digitalización es global. Vemos cómo edificios físicos, como los municipios, las comisarías de policía, los bancos y muchos otros entes físicos, están siendo reemplazados por soluciones tecnológicas. Esta transformación es impulsada por la necesidad de optimizar recursos y simplificar procesos en este nuevo mundo que se vuelve cada vez más digital independientemente de la economía o del poder que ostente una nación; sabiendo también que ninguna nación es independiente de las demás, y que este último conjunto, tampoco es independiente de entidades superiores a ellas, los cuales existen desde hace siglos. La razón detrás de esta creciente presencia de la tecnología destinada al control se debe, como ya lo expresé, a la tendencia de minimizar todo de manera inversamente proporcional al avance de las actuales y futuras gestas tecnológicas. Cuando nos percatamos que las soluciones tecnológicas de todo calibre se vuelven más digitales y menos físicas, es el justo instante en el que nos sobreviene una arrolladora idea respecto de la gran transformación cismática que está ocurriendo en nuestras estructuras sociales y gubernamentales a la vista.

La transición hacia una sociedad más digitalizada y autónoma es un camino inevitable. La creciente presencia de cámaras de vigilancia en las ciudades, sistemas de control de tráfico y otras tecnologías similares es un ejemplo de cómo la tecnología está asumiendo un papel más activo en la gestión de nuestras vidas cotidianas. Cuanto más avancemos hacia un futuro en donde la inteligencia artificial desempeñará un papel más significativo en la toma de decisiones y la administración de servicios públicos, es fundamental que nos adaptemos y comprendamos los cambios que están ocurriendo a nuestro alrededor.

La justicia, tal como la conocemos hoy en día, podría volverse obsoleta en un futuro en donde la conciencia humana alcance niveles más altos. Cuando los individuos dejen atrás los egos que a menudo son la fuente de conflictos y transgresiones a las normas, la necesidad de control externo disminuirá aún más. Esto no significa que no habrá reglas ni normas, sino que la autodisciplina y el respeto mutuo serán la norma en lugar de la excepción.

En lo que respecta a los medios de comunicación, es de suma importancia que seamos críticos y que no aceptemos la narrativa de manera pasiva y a la primera. Los medios a menudo presentan información de manera selectiva y sesgada, y lo que se muestra públicamente puede no reflejar necesariamente la realidad subyacente. Fomentar la intuición y el escepticismo saludable nos permite descubrir la verdad detrás de las noticias y las historias que nos llegan; seremos capaces de mirar en donde la mayoría solo puede ver.

Y hablando de mirar y de ver (dos conceptos distintos, aunque muchos los usan como sinónimos), en cuanto a la seguridad de los datos biométricos y los hackeos, es esencial comprender que no todo es lo que parece. A menudo, las filtraciones y los ataques cibernéticos están más arraigados en agendas ocultas (lo que no quiere decir que las mismas porten intensiones de dañar a los demás) de lo que se podría pensar a simple "vista de vuelo de pájaro". La información que llega al dominio público está cuidadosamente seleccionada y presentada para servir a ciertos "lineamientos", pero, como dije, esos lineamientos, no se constituirían como agendas destinadas hacia objetivos que no sean el propio progreso humano en su conjunto.

Nos hallamos viviendo en una época de transformaciones sin precedentes, en donde la intersección entre la tecnología y la evolución de nuestra conciencia nos propone cuestiones fundamentales sobre el rumbo de nuestra sociedad. Esta era de digitalización y expansión de la conciencia nos reta a encontrar un delicado equilibrio entre la omnipresencia de la tecnología y la profunda sabiduría humana. Este nuevo paradigma tecnológico nos insta a reflexionar sobre cómo aseguramos que la tecnología siga siendo una herramienta al servicio de la humanidad y no una fuerza que nos subyugue. Con cada vez que la inteligencia artificial y la automatización ganen terreno, se debe visualizar la necesidad de abordar preocupaciones relativas a lo ético y a lo social, como la equidad en el empleo y la preservación de la privacidad. Estos desafíos requieren una minuciosa deliberación y colaboración a nivel global para establecer regulaciones que guíen el uso responsable de la tecnología. Simultáneamente, la expansión de la conciencia humana podría señalar un camino hacia un mundo en donde la autorregulación y la autodisciplina se conviertan en la norma. Cuando más y más personas se vuelvan más conscientes de sus acciones y de su impacto en la sociedad, la necesidad de un control externo podría disminuir gradualmente. Esto no implica la abolición total de las estructuras legales y gubernamentales, pero sí sugiere un cambio hacia una sociedad en donde la responsabilidad personal y el respeto mutuo sean pilares fundamentales. Queda muy en claro entonces, que durante este transitar por los enmarañados procesos de transformación tecnológica y de evolución de la conciencia, estamos navegando en aguas desconocidas, teniendo siempre en mente la clave destinada para no perderse, la cual es, continuar explorando y adaptándonos sobre cada trayecto en el que avanzamos hacia un futuro en donde la tecnología y la conciencia humana se fusionan en un intríngulis constante de posibilidades y de descubrimientos. En este trayecto, es súmamente importante el mantener una mentalidad crítica y colaborativa para aprovechar plenamente el potencial de esta nueva era.

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20/09/2023


La interacción entre la política y la economía en un país es un tema de gran relevancia que puede tener un impacto significativo en la vida de sus ciudadanos. A lo largo de la historia, hemos presenciado cómo las decisiones tomadas por los líderes políticos y las políticas gubernamentales pueden moldear la realidad cotidiana de la población, influyendo en cuestiones que van desde el valor de la moneda hasta el costo de vida y la distribución de la riqueza.

En este análisis, es esencial comprender cómo las políticas fiscales y económicas pueden afectar la vida de las personas. Tomemos un período en el que la estabilidad prevaleció en las decisiones políticas y económicas de un país. En ese momento, muchas familias experimentaron una sensación de seguridad económica, ya que los impuestos se mantenían en niveles razonables y el costo de vida era manejable. Esto permitió a las familias administrar sus presupuestos con eficiencia, planificar para el futuro y disfrutar de un grado de estabilidad financiera que facilitaba la consecución de sus metas y sueños.

No obstante, como es inherente a la dinámica política y económica, los ciclos de cambio son inevitables. Los gobiernos a menudo se enfrentan a la difícil tarea de equilibrar las finanzas públicas, mantener la estabilidad económica y abordar las necesidades de la sociedad. En ocasiones, estas demandas pueden resultar en la necesidad de solicitar préstamos a bancos internacionales, lo que, a su vez, puede dar lugar al aumento de la deuda pública.

Este incremento en la deuda tiene el potencial de alterar significativamente la vida de las personas. La moneda local puede verse afectada, lo que repercute directamente en el costo de vida. Los precios de bienes y servicios tienden a aumentar, lo que ejerce presión sobre los ciudadanos en su vida diaria. Las familias se ven obligadas a realizar ajustes en sus gastos y presupuestos para adaptarse a esta nueva realidad económica, lo que a menudo implica renunciar a ciertos lujos o comodidades. Es de suma importancia el comprender que, dentro de este marco, la clase media puede ser la más afectada. La brecha entre las clases sociales tiende a ampliarse, con algunos sectores de la población luchando por llegar a fin de mes mientras otros disfrutan de un mayor nivel de confort económico. Esta disparidad puede generar tensiones sociales y económicas que deben ser abordadas adecuadamente por las autoridades gubernamentales. La situación se complica aún más cuando se trata de las personas que quedan al margen de los dos grupos principales. Existe una "clase desahuciada" que se encuentra al margen del sistema económico y social. Estas personas enfrentan dificultades extremas, desde la falta de acceso a alimentos hasta la participación en actividades ilegales para sobrevivir. La brecha de oportunidades es angosta, y las soluciones a largo plazo parecen inalcanzables para muchos de ellos.

Sin embargo, debemos reconocer que la dinámica política y económica es intrincada y compleja, por no decir un símil de un libreto que entre sus líneas ofrece el más entrelazado de los guiones hollywoodenses. Los líderes políticos a menudo enfrentan la ardua tarea de equilibrar múltiples objetivos y prioridades, incluyendo la estabilidad económica, la inversión pública y la equidad social. La toma de decisiones gubernamentales es un proceso que involucra una variedad de "actores" y factores, y las políticas pueden tener efectos a corto y largo plazo en la sociedad.

Es fundamental que los ciudadanos estén informados y participen activamente en el proceso "democrático" para influir en las decisiones políticas y económicas que los afectarán directamente. Además, es esencial que los líderes políticos consideren las implicaciones de sus acciones en la vida de las personas y trabajen para promover políticas que promuevan la estabilidad y el bienestar general.

En última instancia, la interacción entre la política y la economía es un tema central en la vida de una sociedad. Las políticas gubernamentales pueden tener un impacto profundo en el día a día de las personas, desde su situación financiera hasta su calidad de vida. Es tarea de todos los "actores" involucrados, tanto ciudadanos como líderes políticos y "otros", trabajar juntos para construir un futuro que promueva la prosperidad y el bienestar de que Todos Juntos Avancemos hacia un mejor Mañana.

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19/09/2023


Transhumanismo: Más allá de la Evolución.

El Transhumanismo, una corriente de pensamiento que busca la mejora y evolución de la humanidad a través de la tecnología, se ha convertido en un tema de debate candente en la actualidad. Pero, ¿qué implica realmente? No se trata solo de la integración de tecnología en el cuerpo humano, sino de una transformación profunda en la forma en que entendemos la vida y la sociedad. El término "Transhumanismo" se ha extendido tanto que podría aplicarse a prácticamente cualquier cosa, incluso a las palomas y los caballos. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Hasta qué punto llegaremos con esta búsqueda de la perfección? Si bien es fácil bromear sobre caballos "Transcaballonistas", la realidad es que la tecnología está remodelando nuestras vidas de maneras sorprendentes y a veces desconcertantes.

La Disociación de la Realidad.

En el mundo actual, enfrentamos una disociación creciente entre lo que vemos y lo que realmente es. Esta disonancia se manifiesta especialmente en la esfera pública, donde las acciones y palabras de las figuras prominentes parecen desvinculadas de su verdadera esencia. ¿Qué está sucediendo realmente detrás de escena? Cuando la lógica parece escaparse de su emisor y la percepción se convierte en un mero acto de ilusionismo, es probable que haya un guión detrás de todo. Es como si estuviéramos siendo testigos de una actuación elaborada, donde la verdad está oculta bajo capas de ilusiones. Sobre este magnánimo escenario, las "Revelaciones" se convierten en una herramienta poderosa para destruir la percepción existente de todo lo perteneciente al "mundo viejo" y dar paso a una nueva realidad.

El Arte de Cambiar la Percepción.

Cambiar la percepción es un juego delicado pero esencial. Hay veces en las que es necesario revelar gradualmente las imperfecciones de algo para que las personas acepten un cambio que urge concretarse, se materialice sin mayores impedimentos. En un contexto global, esto se traduce en la necesidad de destruir la percepción que tenemos de muchas instituciones y conceptos arraigados dentro de la sociedad. Tomemos el ejemplo del mundo occidental y antiguo. Si deseamos avanzar hacia un nuevo mundo, con los valores éticos y morales de regiones de "más al Este", es crucial transformar la percepción que la sociedad tiene de ciertas entidades occidentales. Esto implica cuestionar la narrativa establecida y exponer las imperfecciones ocultas en ellas. Solo cuando la percepción cambie, podremos cerrar el capítulo del mundo antiguo y dar la bienvenida a uno nuevo.

La Era de las "Revelaciones".

Vivimos en una época de "Revelaciones", las que se convierten en oportunidades para destruir la percepción positiva que muchas personas aún tienen de los elementos arraigados en la sociedad occidental que constituye el viejo mundo. Es un proceso doloroso pero necesario para el renacimiento. En este arduo proceso, es menester señalar que involucrar a menores -como en los casos ocurridos en tantas instituciones- es una parte atroz y perturbadora de la estrategia. Sin embargo, sea real o una puesta en escena global, lo anterior puede ser una artimaña efectiva para cambiar radicalmente la percepción colectiva pro-occidental en dirección hacia un rechazo emergente respecto de esos "entes" que han realizado dichos atroces cometidos; como dije, sean escenificados, reales o una mezcla de ambos. Lo anteriormente expresado constituye un triste recordatorio de que el cambio a menudo viene acompañado de un precio elevado.

El Despertar de los Autómatas.

En este mundo de "Revelaciones", la mayoría de las personas parecen ser como autómatas dentro de un mundo digital sin sentido, sin conciencia real de lo que está sucediendo a su alrededor. Se mueven cales robots de antaño, impulsados por egos y narrativas preestablecidas, sea por programación en unos y/o por evolución psicológica "incompleta" en aquellos humanos que no comprenden ni aceptan la autonomía, o algún nivel aceptable de esta. La tarea urgente es despertar a estas personas de su letargo y llevarlos a una nueva comprensión de la realidad. El Transhumanismo y la destrucción de la percepción positiva global del mundo viejo, son conceptos que se entrelazan en la ardua tarea de la construcción de un Mundo Nuevo. En esta era de "Revelaciones", es esencial cuestionar lo que damos por sentado y estar dispuestos a enfrentar la verdad, por más incómoda que sea. Solo así podremos avanzar hacia un futuro transformado.

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04/09/2023


En el amplio paisaje de la filosofía, emerge una afirmación que resuena a través de las décadas, planteada con destreza por el influyente pensador del siglo XIX, Friedrich Nietzsche: "Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado". Estas palabras, aunque expresadas en términos audaces y poéticos, abren un abismo de significado que ha perdurado en el tiempo y ha dejado una profunda huella en el pensamiento moderno. En este artículo, nos adentraremos en las primeras capas de esta declaración, explorando sus implicaciones en el contexto de una sociedad que, en la época de Nietzsche, enfrentaba un dramático cambio en sus creencias fundamentales y sistemas de valores.

La frase de Nietzsche es un llamado de atención, un desafío filosófico que se alza como una bandera en medio de un universo de tradiciones arraigadas. En el siglo XIX, la religión, en particular el cristianismo, había sido durante siglos la columna vertebral moral y espiritual de la civilización occidental. Sin embargo, Nietzsche proclama la muerte de Dios, lo cual implica que la creencia en un ser supremo, omnipotente y omnisciente, ya no era sostenible para la mayoría de las personas. Esta muerte de Dios no es un acontecimiento literal, sino una metáfora que señala el colapso de las bases morales y espirituales tradicionales que habían gobernado la vida de las personas.

En el contexto de la Europa del siglo XIX, esta afirmación resonó con una fuerza especial. La ciencia estaba arrojando nuevas luces sobre el mundo, desafiando las narrativas religiosas tradicionales. La teoría de la evolución de Charles Darwin y los avances en la física habían minado la visión de un mundo creado por un ser divino. La industrialización y el avance tecnológico también estaban transformando la vida de las personas, alterando sus formas de trabajo y sus estructuras sociales. En medio de estos cambios, Nietzsche argumenta que la religión se había convertido en una forma de negar la vida terrenal, una vía de escape hacia una vida después de la muerte.

La frase "Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado" apunta a la responsabilidad humana en este cambio de paradigma. Nietzsche sostiene que la humanidad misma ha derrocado la religión y la moral tradicional al cuestionar y rechazar estas ideas. Esta responsabilidad no implica necesariamente un acto hostil hacia la religión, sino más bien un acto de liberación, de tomar el control de nuestras vidas y decisiones en lugar de depender de un poder divino para guiarlas.

Aquella declaración de Nietzsche es un punto de partida para explorar las profundas transformaciones en la sociedad y la filosofía del siglo XIX. Marca el inicio de un viaje intelectual que nos lleva a cuestionar las bases de nuestras creencias, a asumir la responsabilidad de nuestra existencia y a considerar la posibilidad de una ética de la vida afirmativa. Es un recordatorio de que, en medio de la incertidumbre y el cambio, la filosofía sigue siendo un faro que ilumina nuestro camino hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que habitamos.

El Declive de la Creencia en un Dios Omnipotente

Nietzsche, en su obra "Así habló Zaratustra," argumenta que la religión ha servido como un refugio de la vida terrenal en favor de la promesa de una vida después de la muerte. Esta negación de la vida presente ha conducido a una cultura de represión de deseos humanos, dando lugar a una paradoja donde la búsqueda de la virtud se convierte en un obstáculo para la plenitud de la existencia. El concepto de un Dios omnipotente y omnisciente, según Nietzsche, se volvió increíble para la mayoría de las personas en su época. La muerte de Dios, en este sentido, representa la necesidad de que los individuos asuman la responsabilidad de sus propias vidas y decisiones, en lugar de depender de una autoridad divina.

La Decadencia de la Moralidad Tradicional.

Junto con la declinación de la creencia en un Dios omnipotente, Nietzsche identifica la decadencia de la moralidad tradicional. Para él, esta moralidad representa una forma de esclavitud que limita la libre expresión de los individuos. La moral tradicional ha sido una fuerza restringente de los instintos naturales, creando una sociedad de conformidad y sumisión. Nietzsche aboga por una transformación de la moralidad hacia una ética de la vida afirmativa, donde se fomente la expresión libre y la realización de los deseos humanos como elementos esenciales para una vida plena y auténtica.

La Responsabilidad de la Humanidad en la Muerte de Dios.

En la segunda parte de su frase, Nietzsche sostiene que la humanidad misma es responsable de la muerte de Dios. La religión y la moralidad tradicional han sido derrocadas por la reflexión y la crítica de la propia humanidad, que ha llegado a la conclusión de que estas ideas ya no son relevantes o adecuadas para la sociedad moderna. Al "matar" a Dios, la humanidad asume la responsabilidad de su propia existencia y alcanza una nueva libertad. Esta responsabilidad individual impulsa a las personas a tomar las riendas de sus vidas y a cuestionar las estructuras previamente impuestas por la religión y la moral tradicional.

Una Oportunidad para la Transformación.

Para Nietzsche, la muerte de Dios no es una tragedia, sino una oportunidad para que la humanidad alcance su máximo potencial. Significa liberarse de las cadenas del pasado, abrirse a nuevas posibilidades y abrazar una ética de la vida afirmativa que celebra la individualidad y la libertad. La muerte de Dios es un llamado a la autenticidad y a la responsabilidad personal, un desafío para redefinir los valores y construir una sociedad basada en la expresión libre y la realización de los deseos humanos.

Conclusión.

La frase de Nietzsche, "Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado," resuena como un eco en el corredor del pensamiento filosófico, un eco que se despliega a través de las eras y continúa desafiando nuestras concepciones fundamentales. Esta declaración audaz, impregnada de significado y provocación, nos invita a emprender un viaje profundo en la reflexión sobre la condición humana y la evolución de nuestras creencias y valores.

La muerte de Dios, como plantea Nietzsche, no debe ser vista como un punto final, sino como un umbral hacia una nueva comprensión del mundo y de nosotros mismos. Marca el comienzo de una búsqueda incesante de significado y propósito en un universo aparentemente carente de guía divina. En este proceso de transformación, emerge la figura de la responsabilidad individual como un faro en la oscuridad. En ese sentido, la responsabilidad individual se presenta como un imperativo moral y filosófico. Al asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, nos convertimos en arquitectos de nuestro destino y forjadores de nuestra ética personal. La muerte de Dios nos coloca en el centro del escenario, nos desafía a ser protagonistas de nuestras vidas y a tomar decisiones fundamentadas en nuestros valores y aspiraciones más profundas.

La búsqueda de una vida auténtica y plena se convierte así en el motor de nuestro existir. La muerte de Dios nos libera de las ataduras de una moralidad impuesta y nos permite explorar la autenticidad y la libertad en su máxima expresión. En esta travesía, podemos descubrir un sentido de realización que va más allá de las restricciones tradicionales y nos lleva a la exploración constante de nuestro potencial humano. En última instancia, la muerte de Dios, vista desde la perspectiva de Nietzsche, nos insta a enfrentar el desafío de la existencia con valentía y determinación. Nos empuja a cuestionar, a reflexionar y a forjar nuestro propio camino en un mundo en constante cambio. Es una invitación a la reflexión constante y al cultivo de una ética personal basada en la vida afirmativa, donde la libertad y la autenticidad se convierten en nuestros guías en el devenir de la existencia. Y es en este devenir, en el que la muerte de Dios se transforma en el renacimiento del individuo, en la búsqueda perpetua de la plenitud y de la autenticidad en un mundo que, aunque desprovisto de certezas divinas, sigue siendo rico en posibilidades y significados por descubrir.

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23/08/2023


En una sociedad en constante cambio y evolución, los valores morales, la ética y la honorabilidad han emergido como pilares fundamentales para el funcionamiento armónico de una sociedad. Sin embargo, lamentablemente, estos principios esenciales han perdido terreno en la esfera política contemporánea. El tejido moral que debería enriquecer las acciones de los líderes ha sido reemplazado, en muchas instancias, por sus opuestos inmediatos, dando paso a una dinámica preocupante. Aquellas personas que se aferran a estas virtudes tradicionales, que enaltecen el bien común y la justicia, a menudo se enfrentan a la incomprensión, siendo etiquetadas como traidoras o disidentes. Paradojas de la realidad, donde quienes desafían el sistema prevaleciente son en realidad aquellos que se encuentran dentro de sus estructuras, navegando por aguas turbias de egoísmo y corrupción.

La decadencia y la disolución parecen permear a gran parte de la clase política actual. Lejos quedaron los días en que los líderes se guiaban por el interés público y la búsqueda del bienestar general. En la sombra de la ambición personal, muchos han traicionado la confianza de aquellos a quienes sirven, sucumbiendo ante la tentación de la corrupción y el enriquecimiento ilícito. Esta traición a los valores fundamentales erosiona los cimientos mismos de la "democracia", creando un caldo de cultivo para la desconfianza y la desesperanza en la sociedad.

Es imperativo reconocer que la mente humana es un mosaico complejo, donde coexisten instintos ancestrales y razonamiento sofisticado. Las decisiones que moldean la política y la dirección de una nación a menudo provienen de la intersección entre estas dos fuerzas. Es en esta interacción donde los impulsos egoístas y las motivaciones altruistas luchan por la supremacía. No es un fenómeno aislado, sino una tendencia arraigada en la historia misma de la humanidad. Desde la perspectiva de la psicología evolutiva, este conflicto interno es un legado de nuestros antepasados, una manifestación de la tensión entre el cerebro reptiliano y el pensamiento consciente.

Algunos podrían argumentar que el fanatismo ideológico también se ha sumado a esta ecuación compleja. Los extremos del espectro político a menudo están marcados por un fervor inquebrantable hacia una doctrina particular. Este fervor puede nublar el juicio y desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta la sociedad. En este contexto, la ética y la moral pueden quedar eclipsadas por la lealtad a una ideología, creando una dinámica donde el bienestar de la población es subordinado a la promoción de agendas partidistas.

En el crisol de la política contemporánea, surge una dicotomía intrigante: ¿cómo pueden preservarse y restaurarse los valores morales y éticos en un entorno donde parecen estar en retroceso? La respuesta yace en el empoderamiento de la ciudadanía, en la exigencia constante de transparencia, rendición de cuentas y coherencia por parte de aquellos que ocupan cargos de responsabilidad. Los ciudadanos conscientes y comprometidos tienen el poder de transformar el panorama político, de redefinir las normas y de reestablecer la confianza en la integridad de sus líderes.

Como sabemos, la intersección entre la política y los valores fundamentales como la moral, la ética y la honorabilidad es un territorio complejo y dinámico. La lucha entre impulsos egoístas y altruistas, la influencia del fanatismo ideológico y la responsabilidad ciudadana son factores que dan forma al tejido mismo de nuestra sociedad. Cuanto más y más navegamos por estos desafíos, debemos recordar que la transformación real comienza desde abajo, en la base misma de la sociedad, donde se encuentran las voces individuales que, colectivamente, pueden redefinir el curso de la historia.

Lic. Nelson J. Ressio.

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20/08/2023


La lucha contra el Edadismo es un movimiento que busca desterrar la discriminación por edad en todas sus formas. Detrás de esta noble causa se encuentran individuos con buenas intenciones, deseosos de erradicar la marginación que enfrentan las personas mayores de 50 años en diversas esferas de la sociedad. A través de estadísticas y argumentos sólidos, buscan evidenciar los perniciosos efectos del Edadismo en la vida de estas personas, sin embargo, existe una paradoja sutil que podría estar operando en el trasfondo de esta contienda bien intencionada.

La ironía radica en que, mientras se esfuerzan por combatir los efectos negativos del Edadismo, podrían estar inadvertidamente contribuyendo a intensificarlos. La constante exposición a los datos que muestran la dificultad de los mayores de 50 años para conseguir empleo y las adversidades que enfrentan, podría desencadenar un fenómeno de psicología inversa. Esta situación podría inducir una autopercepción nociva en estas personas, generando una autoidentificación con los problemas que se pretenden solucionar y, paradójicamente, facilitando la materialización de los mismos.

El célebre pensador romano Séneca señaló: "No hay nada más despreciable que el resplandor de las cosas ajenas, y nada más agradable, útil y satisfactorio que la posesión de nuestras propias cosas". Esta sentencia adquiere relevancia en el contexto del Edadismo. La constante exposición a los efectos negativos puede generar un resplandor nocivo en las mentes de las personas mayores de 50 años, una especie de autopercepción distorsionada que refleja los estigmas que buscan combatir. Séneca nos insta a valorar nuestras propias cualidades y a no permitir que la negatividad ajena nos defina. En un estudio citado por el diario Clarín, se indica que las actitudes negativas hacia el envejecimiento pueden reducir la longevidad, y resalta la influencia de nuestras creencias en nuestra salud y bienestar. Estas conclusiones ofrecen una perspectiva valiosa sobre cómo las actitudes negativas, incluso aquellas alimentadas por la lucha contra el Edadismo, pueden tener un impacto tangible en la realidad física y emocional de las personas mayores. En palabras de Sócrates: "Una vida sin examen no merece la pena ser vivida". La autoevaluación constante y una mirada crítica a las estrategias de lucha contra el Edadismo pueden llevarnos a descubrir si, en nuestro esfuerzo por destacar la problemática, estamos contribuyendo a sus efectos indeseados.

La tecnología, por su parte, juega un papel fundamental en esta ecuación. Mientras las innovaciones como la inteligencia artificial y la automatización prometen avances notables en múltiples campos, también plantean interrogantes sobre el empleo. El advenimiento de la IA podría alterar significativamente la demanda de mano de obra, impactando de manera desproporcionada a las personas mayores de 50 años. La propuesta de una Renta Básica Universal surge como un intento de mitigar este desafío, aunque sus implicancias y viabilidad deben analizarse con profundidad.

Es fundamental abordar el Edadismo con una perspectiva equilibrada. Si bien es esencial arrojar luz sobre la discriminación por edad y promover la igualdad de oportunidades, es imperativo hacerlo sin exponer de manera excesiva a las personas mayores a los efectos negativos que intentamos erradicar. En lugar de enfocarnos exclusivamente en los aspectos desfavorables del Edadismo, debemos fomentar una apreciación genuina por la experiencia y la sabiduría que las personas mayores de 50 años pueden aportar a la sociedad.

Para finalizar, la lucha contra el Edadismo exige una aproximación reflexiva y equilibrada. La exposición constante a los efectos perjudiciales podría estar generando una autopercepción nociva entre las personas mayores, contrarrestando los esfuerzos iniciales. La filosofía antigua nos recuerda la importancia de la autoevaluación y la valoración de nuestras propias cualidades. Mientras la tecnología avanza, debemos explorar soluciones como la Renta Básica Universal con precaución y rigor. Solo a través de una comprensión profunda y un enfoque consciente podemos avanzar hacia una sociedad inclusiva y justa para todas las edades.

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23/07/2023


En el insondable microcosmos de la mente humana, encontramos profundas expresiones de creencias arraigadas en la psique, algunas de las cuales pueden llevar a extremos perturbadores y dañinos. Un claro ejemplo es el caso de la persona que, en nombre de Dios, independientemente de la religión, cometió un acto atroz. Aunque dejamos de lado las patologías mentales, es esencial analizar cómo las creencias extremas, fomentadas por diversas religiones basadas en Revelaciones Divinas, pueden afectar el desarrollo evolutivo y el progreso de la humanidad.

El término "Imitatio Christi", popularizado por el eminente psicólogo Carl Gustav Jung, representa una poderosa influencia en aquellos que internalizan ciegamente una divinidad externa. Jung sugiere que el ser humano tiende a proyectar figuras arquetípicas en el mundo externo y, en el contexto religioso, esto puede manifestarse como una identificación excesiva con una divinidad o figura espiritual. La persona en cuestión, al imitar a Dios y depositar toda su personalidad sobre esta imagen externa, cayó en el abismo de la externalización del Yo, negándose la oportunidad de individuar y fortalecer su propio ser.

Históricamente, este tipo de exoterismo ha sido un gran error en muchas religiones. Desde la antigüedad, las sociedades han sido moldeadas por mitos, rituales y dogmas transmitidos a través de generaciones. En el ámbito religioso, la creencia en una divinidad con mandatos divinos puede tener consecuencias profundas. Por ejemplo, el concepto de "yihad" en el Islam, que se interpreta como un esfuerzo por hacer la voluntad de Alá, ha llevado a interpretaciones extremas que justifican actos violentos en nombre de la fe. Similarmente, en otras religiones como en el Catolicismo, la obediencia inquebrantable a líderes religiosos o dogmas puede llevar a comportamientos peligrosos.

El psicoanalista Sigmund Freud también abordó el tema de la religión y la psicología. Para él, la religión era una forma de consuelo y una ilusión creada por el ser humano para lidiar con sus temores y angustias existenciales. Aunque Freud enfatizó el carácter ilusorio de la religión, su análisis destaca cómo las creencias profundamente arraigadas pueden ser vehículos para la expresión de deseos y necesidades psicológicas no satisfechas. Es fundamental comprender cómo estas creencias arraigadas pueden tener un impacto significativo en el futuro de la humanidad. La sociedad enfrenta dos opciones claras: el progreso o la extinción. En un mundo cada vez más interconectado, la diversidad de creencias y religiones es una realidad que debe ser respetada. Sin embargo, el fomento de creencias extremas que desembocan en la externalización del Yo y la ciega obediencia a supuestas Revelaciones Divinas, puede conducir a tragedias como la del caso de la persona mencionada al comienzo.

La externalización del Yo hacia entidades divinas puede generar una desconexión entre el individuo y su propio poder de discernimiento. En lugar de tomar decisiones basadas en la propia conciencia y razonamiento, las personas dogmatizadas pueden delegar todas las decisiones importantes a una supuesta divinidad externa. El filósofo Jean-Jacques Rousseau, en su obra "El Contrato Social", ya advertía sobre los peligros de renunciar a la libertad individual en favor de un poder externo, ya sea un gobernante o una entidad divina.

El filósofo existencialista Jean-Paul Sartre, por otro lado, enfatizaba la importancia de la responsabilidad individual y la libertad de elección. Para él, el ser humano está condenado a ser libre y debe asumir la responsabilidad de sus acciones sin refugiarse en excusas externas, como la voluntad divina. Sartre sostenía que la existencia precede a la esencia, lo que significa que el individuo se construye a sí mismo a través de sus elecciones y acciones.

El escritor y filósofo británico Alain de Botton ha abogado por una reinterpretación más secular y humanista de las enseñanzas religiosas. Argumenta que, aunque muchas religiones están basadas en mitos y creencias sobrenaturales, también contienen sabiduría moral y ética que puede ser valiosa para la vida humana. Al reconectar la ética con el pensamiento secular y razonado, podemos evitar caer en la trampa de creencias extremas que desdibujan los principios fundamentales de la humanidad.

En definitiva, el poder de la creencia puede impulsar la evolución de la sociedad hacia un futuro próspero y pacífico, o puede llevarnos al abismo de la extinción si no aprendemos a discernir entre una fe saludable y la peligrosa externalización del Yo. El respeto a la diversidad de pensamiento y la promoción de una mentalidad crítica son claves para garantizar un mundo en el que cada individuo pueda desarrollarse plenamente, sin caer en la trampa de creencias extremas que oscurecen la esencia misma de la humanidad. La elección es nuestra: el progreso o la extinción.

Lic. Nelson J. Ressio.


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22/07/2023


La interacción humana es un fascinante reflejo de las diversas dimensiones de la condición humana. Al adentrarnos en las redes sociales, como Facebook, podemos percibir cómo algunos individuos, a pesar de su aparente rectitud y buenas costumbres, se ven corroídos por la envidia hacia aquellos que parecen destacar por sus logros y creaciones. Es un fenómeno impresionante y, al mismo tiempo, triste, que nos lleva a cuestionarnos cómo fomentar una convivencia ética en una era donde el individualismo y las banalidades parecen prevalecer.

La envidia, al igual que la hipocresía, se ha vuelto una piedra angular que amenaza la estructura de una sociedad basada en valores sólidos. Aquellos que, en lugar de actuar y crear, se someten a sus egos y optan por eliminar a quienes sobresalen, desperdician su inmenso potencial. Cada individuo, en promedio, posee el mismo potencial para marcar una diferencia en el mundo, pero la diferencia radica en la forma en que decidimos emplear ese potencial. Al enfrentar la hostilidad de aquellos que han cedido al poder de sus egos, surge una cuestión fundamental: ¿cómo podemos inculcar en nuestra sociedad el valor del altruismo? El altruismo, entendido como una noble convicción arraigada en la conciencia, puede ser la barrera que nos proteja de la corrupción y nos encamine hacia la verdadera filantropía. Es esencial preguntarnos qué tanto altruismo se encuentra en quienes ocupan puestos de poder y liderazgo. Aquellos candidatos con una motivación verdaderamente altruista serán menos susceptibles a la corrupción y más inclinados a actuar en beneficio de la comunidad. Sin duda, la filantropía es un pilar fundamental de las buenas costumbres, y solo a través del altruismo genuino podremos construir una sociedad más equitativa y próspera.

La convivencia ética y la coexistencia de diferentes perspectivas son pilares fundamentales para el progreso de una sociedad. No deberíamos temer a aquellos que vuelan alto, sino admirarlos y aprender de ellos. En lugar de competir por aplausos vacíos, deberíamos trabajar juntos hacia un bien común, reconociendo que cada individuo tiene su propia y valiosa contribución. Dentro de este marco, es crucial que los jóvenes que recién comienzan su camino en la vida tomen conciencia de la importancia de detectar y resistir la tentación de sucumbir a la envidia y al egoísmo. El empoderamiento individual y el desarrollo de habilidades creativas son esenciales para alcanzar nuestras metas y, al mismo tiempo, mejorar la sociedad en su conjunto.

Así como una plomada mide con precisión la verticalidad, el altruismo actúa como una guía moral para mantenernos firmes en nuestras convicciones y acciones. No podemos permitir que los intereses personales desvíen nuestro rumbo hacia la ruina. Debemos trabajar juntos para fortalecer el tejido social, asegurándonos de que aquellos con verdaderos valores éticos lideren el camino y sean un ejemplo para los demás.

La envidia y el egoísmo son obstáculos que amenazan la convivencia ética en nuestra sociedad actual. La práctica del altruismo verdadero, fundado en convicciones profundas, es el antídoto para erradicar estas actitudes negativas y encaminarnos hacia una verdadera filantropía. La convivencia ética es la clave para edificar una sociedad sólida y resiliente, donde cada individuo pueda volar alto sin temor y sentirse contenido entre iguales. Es hora de reflexionar y actuar juntos para evitar que los templos de las buenas costumbres se conviertan en meros recuerdos, y en su lugar, construir un futuro próspero y armonioso para todos.

Lic. Nelson J. Ressio.


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15/06/2023


Esa pregunta que a veces dejamos inconscientemente relegada en un rincón de nuestra mente es: ¿por que solemos airarnos con el prójimo, con el próximo, solo por tener diferencias? ¿Será que esa ira proviene de ciertas diferencias de pensamiento, como por ejemplo, por diferencias sociales y culturales, o por diferencias de credo, o por diferencias del color deportivo, o por diferencias políticas, o por diferencias raciales, o por diferencias de sexo, o peor aún, por todas ellas en conjunto?

La ira y el odio generados inútilmente por esas diferencias, llevan al ser humano, a cometer necedades innecesarias y totalmente antagónicas a lo que debería ser una sociedad libre y justa. Libre de ataduras psicológicas (como las descritas arriba) y justa, en el sentido de que todos sus integrantes iluminen a los demás por medio de una fuerza muy poderosa, la cual, hoy en día, es pasible de un gran olvido y desinterés, y que es la Tolerancia. Y esto solamente para empezar a mejorar como sociedad.

Pues las enseñanzas milenarias de quien, entre muchos otros, fue un Gran Ser Tolerante, deben hacer reaccionar al ser humano mediante el uso del raciocinio, y no por el efecto de aplicar dogmatismos, los que se terminarán derrumbando por su propio peso, y preguntándonos firmemente todos los días; valiéndonos de las enseñanzas de ese Gran Hombre de carne y hueso, hijo de la unión carnal de una Mujer y un Hombre (y no de una mujer y un espíritu), y Maestro de maestros, el cual fue Jesús; ¿el porqué a veces procedemos de tal o cual manera negativa con el prójimo, por el solo hecho de tener aquellas diferencias? Las diferencias nos deben construir y no destruir, ya que, por una innegable naturaleza evolutiva (y no por el designio de una deidad omnipresente y antropomorfizada por religiones creadas por humanos) somos eminentemente, seres de razón, podemos pensar, sacar conclusiones, y hasta prevenir eventos futuros gracias a los hechos del pasado, con lo cual, razonablemente siempre podremos hacerle frente; sin confrontamientos pasionales, y solo por medio del uso del pensamiento objetivo; a esa tan inevitable diversidad humana.

En nuestra travesía por la existencia, nos encontramos con una cuestión que a veces relegamos al confín más oscuro de nuestra mente: ¿por qué sucumbimos a la furia y nos enredamos en enfrentamientos con nuestros semejantes tan solo por nuestras diferencias? ¿Será que esta ira brota de las variaciones en nuestros pensamientos, ya sean sociales, culturales, religiosas, deportivas, políticas, raciales o de género? ¿O quizás, de manera aún más preocupante, sea una amalgama de todas estas discrepancias la que desate tal arrebato emocional?

La ira y el odio que surgen de forma fútil debido a estas disparidades nos arrastran hacia acciones insensatas y totalmente contrarias a los principios de una sociedad libre y justa. Anhelamos una sociedad liberada de las cadenas psicológicas que antes mencioné, y anhelamos justicia en el sentido de que cada individuo brille con una fuerza poderosa conocida como Tolerancia. No obstante, lamentablemente, en la actualidad, esta virtud se encuentra sumida en el olvido y el desinterés generalizado. Por lo tanto, es imperativo que empecemos a mejorar como sociedad desde estos fundamentos.

Las lecciones milenarias impartidas por aquellos que, al igual que muchos otros, personificaron la grandiosa virtud de la Tolerancia, deben incitar a la humanidad a reaccionar de manera razonada, en lugar de caer en dogmas que inevitablemente se desmoronarán. De este modo, debemos cuestionarnos diariamente con firmeza, basándonos en la sabiduría de aquellos grandes hombres y mujeres que han encarnado la Tolerancia a lo largo de la historia. Estas figuras ejemplares, en su diversidad y grandeza, nos enseñan que nuestras actitudes negativas hacia nuestros semejantes, motivadas únicamente por sus diferencias, son contrarias al bienestar colectivo. En lugar de destruirnos, nuestras diferencias deberían convertirse en el cimiento sobre el cual edificar una sociedad inclusiva y próspera.

Es innegable que la evolución humana, impulsada por nuestra capacidad de razonar y reflexionar, nos permite enfrentar la diversidad con objetividad y sabiduría. A través del pensamiento lúcido y la consideración respetuosa hacia las diferentes perspectivas, podemos tejer un entramado de comprensión y armonía. Debemos abandonar los enfrentamientos pasionales y adoptar una mentalidad abierta que valore la diversidad humana como una fuente de enriquecimiento y aprendizaje mutuo.

Se torna esencial entonces, el reconocer el valor trascendental de la Tolerancia como motor de una sociedad justa y libre. Al despojarnos de prejuicios y estereotipos que nos dividen, podremos labrar un camino hacia la convivencia pacífica y la coexistencia armoniosa. Es mediante la aceptación de la diversidad y el fomento del diálogo constructivo que alcanzaremos un futuro en el que el respeto y la comprensión sean los pilares que sostengan una sociedad equitativa y próspera.

Lic. Nelson J. Ressio.

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04/09/2019


Debo aclarar antes, y que tal como lo he expresado en otros artículos, me considero una persona reformista, y no así, "destructivista", por lo que entiendo que toda institución que esté ocasionando algún tipo de daño a la humanidad; ya sea que lo hagan desde hace muchos siglos, o bien, desde hace unos pocos cientos de años; puedan ser transformadas para la mejora de todos, y no así, destruidas, salvo en casos en los que en dichas instituciones se perciba un aumento de ciertas intenciones que van en detrimento de la humanidad en cualquiera de sus formas conocidas, y que de las cuales, el genocidio, es la peor de todas. Entonces, si bien estas palabras las he expresado de otras maneras pero con la misma semántica, dentro de varios de mis otros artículos, la diferencia de estas con aquellas, radica en que a estas las he hecho al comienzo de este artículo, como es obvio, por lo que, en este caso, son la excepción con respecto a mis otros artículos.

Con lo antedicho en mente, comencemos a desentrañar lo que este artículo nos está avisando de antemano a través de su título, en relación al genocidio y a una posible destrucción global de la humanidad. Mientras tanto, espero que, al menos, tengamos un "backup" de nuestra especie, en el planeta Marte, o en  algún otro planeta que esté en la zona habitable de su propio Sol.

Por lo tanto, en cuanto a un posible suceso que pudiese generar una destrucción global, el mismo puede provenir por medio de la mano del Hombre, o por medio de un evento externo al planeta mismo, es decir, de características cósmicas, pero, como sabemos, la vida es perseverante, y por lo tanto, volverá a generarse, salvo que aquel último evento cósmico, sea de tanta magnitud, el cual, literalmente, destroce en pedazos al planeta entero. Pero, igualmente, la gravedad hará lo suyo, los pedazos volverán a juntarse, los metales se irán al núcleo nuevamente, y las demás y muy diversas variantes de la materia, en cuanto a la materia con menos masa que el hierro del núcleo, quedarán en la superficie, y posteriormente, y luego de millones de años, la vida, nuevamente se regenerará. El Universo es Persistente queridos lectores.

Entonces, si lo cósmico no sucede, como para destruir el planeta, manteniendo de esa manera, las capacidades de Regeneración de la Vida, que nuestro planeta posee; la destrucción provendrá de una mano inteligente, y que por ahora, es el Ser Humano.

Como sabemos, la humanidad actual, se constituye cuantitativamente, por unos 9 mil millones de habitantes, y contando, y esos 9 mil millones, se transformarán en 20 mil millones, en menos de 20 años, en mayor o menor medida; y porsupuesto, entendiendo esto último, como que, en realidad somos 9 mil millones, porque si bien dudo de ello, de todas maneras, puedo percatarme de las pequeñas muestras de dicho crecimiento, en mi entorno, y en otros lugares a los que mi percepción puede llegar en repetidas ocasiones, en donde la percepción del aumento poblacional, es un hecho, porque, como lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo, el aumento poblacional, está en directa relación con el marketing destinado al consumo masivo y egóico de hoy en día, basado también, en la obsolescencia programada de los productos, y en fomentar la inmediatez, el individualismo, el simplismo y la exaltación de las demás bajas pasiones, conocidas y por conocer, sobre el consumidor objetivo, cual robots, que van por la vida, queriendo poseer cosas y mas cosas, y dejando de lado lo mas importante, el humanismo, variable que el marketing morboso de hoy en día debería incluir, de maneras que ni se acerquen a la hipocresía, sino que, incluir dicha variable a conciencia y de forma eminentemente altruista.

Por otro lado; y ya refiriéndome de lleno, a la desgarradora deshumanización que sufre la humanidad en la actualidad; como los seres humanos somos 9 mil millones de habitantes, también somos considerados como 9 mil millones de recursos desechables, porque como bien saben, además del recurso humano, existen los demás recursos, en los diferentes lugares en donde los seres humanos intentamos vivir e intentamos desarrollarnos, y esos recursos que no son los humanos, son los recursos que subyacen bajo nuestros pies, como el agua, el petroleo, los minerales, y muchos recursos más, por lo que, el ser humano; especie que en la actualidad se reproduce como ratas en los alcantarillados; desde aquellos ojos de los poderes supranacionales deshumanizados, pasó a no importarles si se mueren millones de personas, porque ya se han asegurado de que millones más nacerán en un corto período de tiempo; con lo cual, nos deja la triste intuición de lo que verdaderamente les importa, y que son los recursos que están debajo del suelo que los seres humanos pisamos, es decir, los recursos NO RENOVABLES (ya que el ser humano pasó a ser un RECURSO RENOVABLE, y por lo tanto, ha perdido valor, respecto de los recursos NO RENOVABLES). Por lo tanto, desde el punto de vista de aquel poder deshumanizado (y quiero creer -y así lo intuyo- que existe otro poder en gestación, y que considera el Humanismo Secular entre todos sus procesos de negocios), pero, como les expresaba antes del paréntesis, desde los ojos de aquel poder deshumanizado y arcaico, he aquí una cosa que ellos consideran por encima de cualquier otra, lo cual es que los recursos NO RENOVABLES son los que se deben proteger a toda costa, a diestra y siniestra, mas no así, a los que se renuevan y además crecen en cantidad, como lo es nuestra especie. Entonces, comienzan a surgir diversas cuestiones como la siguiente: aquel poder arcaico, ¿de qué manera protege, y a toda costa, a los RECURSOS NO RENOVABLES, y por ende, mas valiosos que nosotros, los RENOVABLES?, pues, muy simple a mi manera de ver este tema, y que es a través de políticas tendientes a la división de la sociedad, desde todos los ángulos posibles, ya sean, desde los divisores mas comunes, como el football (no así el deporte en si mismo, sino que la interminable rivalidad fanática entre los equipos), siguiendo con los partidos políticos, los nacionalismos y las religiones, como para nombrar a los divisores sociales más comunes y que vienen desde antaño. Pero ahora les debemos agregar a aquellos divisores primigenios, los nuevos divisores sociales, como el bombardeo constante a través de la TV, ya que, a partir de la TV, y de los demás métodos multimediales, obtienes un nuevo divisor de la sociedad, destinado principalmente, a potenciar a aquellos primeros divisores que nombré antes de estos, y que son los más comunes, y lo hacen, infundiendo una especie de paranoia colectiva, o de psicosis colectiva, sumado a miedos infundados, pero miedos al fin, y sumado a todo lo anterior, el odio que nos hace enfrentar a humanos contra humanos (a esos RECURSOS RENOVABLES que pasamos a ser, por lo tanto, no les importa que nos odiemos y nos enfrentemos entre nosotros, los RENOVABLES), ya que con el enfrentamiento antedicho, lo que están protegiendo aquellos poderes arcaicos, son los recursos NO RENOVABLES, ¿y como proteges, al petroleo, al agua, al oro, a la plata, a los diamantes, a lo que sea?, pues, manteniendo ocupados a todos los recursos RENOVABLES, como lo es el ser humano, ¿y de que manera mantienes distraídos y ocupados a los recursos RENOVABLES antropomorfos, es decir, a nosotros?, pues, con aquellos métodos divisorios que les detallaba anteriormente, manteniendo, constantemente dividida y enfrentada a la sociedad RENOVABLE contra ella misma, es decir, la mantienen OCUPADA sin siquiera ningún ser humano que la compone, se ponga a pensar en lo que existe debajo de sus propios pies, y que son los recursos mas valiosos, mas valiosos que la propia especie humana según aquellos poderes deshumanizados, y que son los RECURSOS NO RENOVABLES antedichos, y los "administradores" de aquellos poderes, lo saben muy bien, y lo hacen a través de caras visibles, como los presidentes de cada país en el planeta, y el presidente que osara decidir por si mismo, el prevalecer el humanismo de los recursos RENOVABLES, o sea nosotros, por sobre los recursos NO RENOVABLES, es asesinado, o es depuesto de su lugar, de un día para el otro. Debido a ello, constantemente observo, la manera en que la sociedad se odia y se pelea con sigo misma, por alguno de aquellos factores divisorios, como por ejemplo, la política, y expresan: "que los Kukarachas, que los Gorilas, que aquellos zurdos, que aquellos de derecha, etcétera", o bien por el otro factor divisor social, como lo es el football: "que los de Boca, que los de River, que tal o cual jugador, etcétera", o bien, por las suciedades provenientes desde la farándula: "que este y aquel de la farándula viéndolos enfrentarse en cámara (esto lo veo cuando voy a cortarme el cabello, porque el peluquero vé esos programas, ya que no tenemos TV en mi casa hace muchos años, y salgo de la peluquería, con el pelo corto, pero haciendo arcadas, y no precisamente porque me haya tragado un pelo)", y observo y observo, una y otra vez, como la sociedad sucumbe en torno a la inmediatez, al individualismo, a la misantropía, al simplismo, a las banalidades, y al enfrentamiento entre sí misma; lo cual es el objetivo final y principal del aquel poder económico mundial deshumanizado y arcaico; ya que, el poder económico, obviamente que debe existir, y es necesario, pero, se ha vuelto voraz y deshumanizado, y como la sociedad, el Homo Sapiens Sapiens, ha pasado de ser un recurso NO RENOVABLE (como hace muy pocas décadas atrás), a ser actualmente, un recurso RENOVABLE, y por lo tanto, automáticamente hemos perdido el valor, para aquellos poderes económicos arcaicos; y como consecuencia, pasan a ocupar el primer puesto, los recursos NO RENOVABLES (todo lo que no es Ser Humano), ya que, la especie no se va a extinguir, sino sucede lo que expresé al comienzo, es decir, una catástrofe causada por algo proveniente desde el cosmos, o bien, algo nuclear, que afecten ambos, al planeta entero. Lo nuclear, por ahora, no intuyo que pueda suceder, y por otro lado, lo cósmico sucederá cuando las fuerzas de la física y las leyes del Caos, lo decidan.

Entonces, como los seres humanos somos un recurso RENOVABLE por nuestras propias manos, no valemos nada, o valemos muy poco, y por lo tanto, unos fuegos allá, unas tormentas por acá, unas inundaciones por el otro lado, y así sucesivamente, van frenando de a poco a la superpoblación, pero, estas "catástrofes naturales" no son producidas por la naturaleza, de manera única, sino que la guerra climática, es un hecho, y la culpa la tiene, ¿quien o quienes?, pues el RECURSO que ha pasado a ser RENOVABLE como las hormigas, ratas o cucarachas, y que es el Ser Humano; e insisten, una y mil veces, que el Ser Humano tiene la culpa del Efecto Invernadero, del Cambio Climático y de que Dios haya muerto; y como la mayoría de las personas están mantenidas ocupadas mediante técnicas de control psicológico masivo, por las manos arcaicas de aquellos agentes divisores que nombré antes, sociedad que se cree todo lo que los multimedios, -propiedad de los mismos poderes económicos deshumanizados-, les presentan ante sus atestados mundos sensibles, como la gran mentira del Cambio Climático; creencia inducida, la cual está servida a la carta y sobre la mesa, y quien ose expresar ciertas palabras, como las que estoy escribiendo yo por ejemplo, hasta podría ser quemado en la hoguera (figurativamente hablando) por el resto de aquella sociedad que se cree todo lo que le colocan ante sus sentidos, sin siquiera darse el tiempo para colocarse a investigar y luego de un largo proceso de intuiciones y deducciones, recién allí, poder emitir un determinado juicio filtrado por el Uso de Razón, mas no así, por el juicio de la inducción externa inmediata de los multimedios; pero no, esto no sucederá nunca, porque la sociedad está ocupada con la inmediatez y haciéndole caso a la inmediatez proveniente desde su mundo egóico.

Pensemos entonces en cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero y su comparación de lo que es producido por la naturaleza, con lo que es producido por el ser humano de manera global, incluyendo al factor Tiempo.

Por lo tanto, como sabemos, el ser humano viene emitiendo gases de efecto invernadero, desde hace menos de 200 años, y solamente desde hace unos 40 o 50 años, en una curva ascendente en directa proporción con el aumento de la población. Pero, mas allá de lo que el ser humano ha emitido por medio de sus creaciones tecnológicas, el planeta Tierra, desde que comenzó su existencia como tal, es el más grande emisor natural de gases de efecto invernadero, haciéndolo a través de sus volcanes, los cuales son casi incontables; a través de sus Fallas o Capas de Subducción submarinas, las que son muchas y muy extensas; a través de los mares, los que ocupan las tres cuartas partes de nuestro planeta, y que también son emisores de gases de efecto invernadero, al entrar en contacto con la radiación solar; y ¿los arboles a la noche?...; ¡pufff!, me cansaría de detallar otros factores meramente naturales, y que EL PLANETA, POR SI MISMO, VIENE EMITIENDO ESOS GASES DE EFECTO INVERNADERO, lo cual realiza constantemente, milenio tras milenio, año tras año, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto, desde hace unos "pocos" 5 MIL MILLONES DE AÑOS atrás... ¡5 MIL MILLONES DE AÑOS!... en comparación con los 50 "añitos", desde que el recurso RENOVABLE por si mismo, es decir, los seres humanos, venimos "emitiendo" a la atmósfera. ¿Suena increíble? Si así suena para algún lector, pues primero, están en todo su derecho de que les suene de esa manera, porque yo no soy dueño de la verdad, mas solamente soy dueño de lo que proviene desde mi intuición, la cual, y de seguro, es imperfecta, pero también de seguro, perfectible; y manteniendo en mi mente, que quizás esté totalmente equivocado, o bien, que esté muy cerca de la verdad; por lo que, debido a este manto de dudas expresado, es menester que todos nos pongamos a investigar más sobre este tema, no así leyendo y/o escuchando a los multimedios, propiedad del poder deshumanizado, sino que, recurriendo directamente a las fuentes del saber (libros), para poder tener una visión intuitiva, y no así, una visión meramente sensible, tal como lo desean aquellos poderes arcaicos, imposible de aceptar que existan como tales, en este siglo XXI.

Por consiguiente, controlando la percepción de las mayoría de las personas sobre este planeta, al mismo tiempo controlan que el estado psicológico en constante estado de división de la sociedad, se mantenga en aumento; o bien, regularlo un poco por allá, y otro poco por aquí; y como en aquel determinado país hipotético no existe nada interesante por debajo de los pies de sus habitantes, lo dejaremos tranquilos... por el momento; pero, contrariamente al país hipotético anteriormente mencionado, existe otro país que posee muchos recursos por debajo de sus pies, por lo que NO los dejaremos tranquilos, y los haremos dividir y los induciremos a la confusión y al miedo, con el objetivo de mantenerlos ocupados, preocupados y en constante odio entre la misma sociedad que los constituye, al mismo tiempo de que consumen los productos de la mercadotecnia deshumanizada, y de esa manera, dicha sociedad no será capaz de colocarse a pensar respecto de los recursos que existen debajo de sus pies, y menos que menos dentro de su cabeza, creyendo que por arriba de los presidentes no existen aquellos poderes supranacionales arcaicos y deshumanizados haciendo y deshaciendo a su antojo; ya que, según estos últimos, lo que realmente les importa, es el recurso NO RENOVABLE, poque el RENOVABLE, el ser humano, ha perdido valor, debido a que si mueren millones, aquellos poderes saben muy bien que nacerán millones, y en muy poco tiempo.

Debido a todo lo anterior, el poder deshumanizado, hará las guerras climáticas que decida hacer, y morirán las personas que deban morir (efectos colaterales de los designios de la naturaleza... ¡Oremos!), ya que, el altruismo y la filantropía; de parte de los que hoy en día están a cargo del mundo entero, esos poderes supranacionales que son los mismos poderes que colocan a los presidentes en sus puestos (caras visibles); son los valores que han mutado hacia ser simples números financieros guardados con la mayor seguridad imaginable, porque, como sabemos, la información, también es un recurso NO RENOVABLE, y por lo tanto, la información, también vale más que la vida humana, fundado en todo lo que he reiterado aquí, es decir, porque el ser humano ya es un recurso AUTO-RENOVABLE, y por lo tanto, inagotable, y como consecuencia desastrosa, desprovisto de valor alguno.

Y para finalizar, les dejo esta última pregunta: ¿para qué gastar energías en protestar y en odiar a este o a aquel político, y a sus correspondientes seguidores de a pié, y que es la sociedad (y lo mismo para los demás factores divisores nombrados al principio), si todo lo que va a suceder para proteger a los recursos NO RENOVABLES, sucederá de todas maneras, aunque proteste quien proteste, pelee quien pelee, muera quien muera? Recordemos; somos recursos RENOVABLES por nuestras propias manos, y por ende, valemos menos que los NO RENOVABLES, y por lo tanto, pasamos a ser lastre que es necesario tirar por la borda, para que el barco de aquel poder arcaico y deshumanizado, siga a flote el mayor tiempo posible. Esperemos que el otro poder, y que también intuyo que existe y que nombré anteriormente, el poder humanizado, sea el que prevalezca en el futuro, junto con la inteligencia que se debe colocar al administrar ambos "tipos de recursos".

Nelson J. Ressio.

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