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11/05/2013



Dios no es airoso ya que la ira es un sentimiento meramente humano, y Dios es absolutamente incognoscible, y por lo tanto, su ira solo se la podría relacionar en este caso, al propio caos primigenio, a la sopa primordial de partículas subatómicas creadora del universo, al infinito, a la única verdad fundamental y absoluta, o como se lo llama en algunas filosofías milenarias: al Todo; o sea, al proceso creador primigenio y de carácter exclusivamente Causal, dentro del cual, nosotros, los humanos, estamos definidos como sus simples y relativos efectos, y como somos efectos con uso de razón, somos los únicos que experimentamos la ira en tanto que un sentimiento representativo de la ignorancia, la presunción, la imprudencia, etc., o sea, todo completamente antagónico a lo que debería ser Dios, según el Génesis de la Biblia.

Entonces, si Dios no puede tener ira, debido a su naturaleza incognoscible, tampoco puede PROVEER absolutamente nada (relativo a la frase del Génesis que dice resumidamente: "Dios proveerá... un cordero... para el sacrificio... en lugar de Isaac... Abraham es Temeroso de Dios") con lo cual, si hubo tal sacrificio del animal, únicamente ocurrió bajo una indiscutible ira humana, y sin ningún Temor a una deidad superior.

Pero, la ira, como así también el Temor; sentimientos que se formaron con la evolución de nuestra especie; en mayor o menor medida, son sentimientos absolutos en nosotros como efectos que somos, y resultantes de la Creación, mientras que son inexistentes en la Causa... o sea, en Dios.


Posiblemente, alguien podrá decirme acertadamente que: "Dios está en cada uno de nosotros..." con lo que yo respondo: "por supuesto... somos los efectos de un Todo Causal, por lo que parte de aquella Causa está repartida en nosotros" (y en el universo), con lo cual, la ira y el Temor, en tanto que sentimientos, son solo  propiedades de los efectos y no de la Causa.

Entonces, la Causa... Dios... no puede tener ira, ni tampoco Temor... pero sí nosotros; aunque no la ira contra, sumada al temor de Dios, sino que, la ira contra, sumada al Temor de nosotros y entre nosotros mismos.

Después del efecto Causal del Dios incognoscible (desprovisto de ira y no Temido por nosotros), solo reina el caos, dentro de su única faceta "conocida", aunque lo sea únicamente por intermedio de sus propios efectos gestados, y que se llaman en conjunto... La Creación.

Nelson J. Ressio.


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